Pascale Villegas. Doctora en Études sur l'Amérique Latine porla Universidad de Toulouse, Francia, es profesora e investigadora en el Centrode Investigaciones Históricas y Sociales de la Universidad Autónoma deCampeche. Se dedica a la docencia y a la investigación sobre las relacionescomerciales en Nueva España y en el México decimonónico. De sus últimaspublicaciones, se encuentran "Del comercio prehispánico al comercionovohispano en la Nueva España. Entre trastorno y continuidad" (2011); Lasrelaciones entre los aztecas y los mayas. Comercio, conquista e intercambiocultural (2012), Las tejas de Marsella en Campeche. Historia de gallo,ancla y otras estrellas (en prensa). Miembro del SNI.
Rosa Torras. Doctora en Estudios Mesoamericanos por laUNAM; es investigadora en el Centro Peninsular en Humanidades y CienciasSociales-UNAM. Su ámbito de investigación es la historia social, con especialénfasis en la problemática agraria del siglo XIX y primera mitad del XX. Susestudios se han centrado en el impacto de las políticas liberales en materia decolonización, tierra y trabajo en sociedades actualmente marginales. Hapublicado, entre otros: La recuperación de la historia desde una perspectivaindígena (2003); "Así vivimos el yugo". La conflictivaconformación de Colotenango como municipio de mozos (1825-1947) (2007); Latierra firme de enfrente. La colonización campechana sobre la región de losRíos (siglo XIX) (2012).
Pascale Villegas. Holds a Doctorate in Études sur l'Amérique from the Université deToulouse, France, and is a professor and researcher at the Centro deInvestigaciones Históricas y Sociales de la Universidad Autónoma de Campeche.She teaches and researches trade relations in New Spain and 19th centuryMexico. Amongher most recent publications are "Del comercio prehispánico al comercionovohispano en la Nueva España. Entre trastorno y continuidad" (2011); Lasrelaciones entre los aztecas y los mayas. Comercio, conquista e intercambiocultural (2012), Las tejas de Marsella en Campeche. Historia de gallo, ancla y otras estrellas (press). She is a member of the National System of Researchers.
Rosa Torras. Holds a Doctorate in Mesoamerican Studies from the UNAM and works as aresearcher at the Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales-UNAM.Her field of research is social history, with a particular emphasis on theagricultural issues of the 19th century and first half of the 20thcentury. Her studies have focused on the impact of liberal policies oncolonization, land and work in currently marginal societies. Her publicationsinclude: La recuperación de la historia desde una perspectiva indígena(2003); "Así vivimos el yugo". La conflictiva conformación deColotenango como municipio de mozos (1825-1947) (2007); La tierra firmede enfrente. La colonización campechana sobre la región de los Ríos (siglo XIX)(2012).
Duranteel siglo XIX, los barcos de vela que entraban a los puertos del Carmen y deCampeche cargaban en sus bodegas un abanico de productos provenientes de Europay de Estados Unidos y salían con una única mercancía: el palo de tinte. El casode la B. Anizan y Cía., dirigida por dos hermanosfranceses, es particularmente ilustrativo de cómo extranjeros llegaron aconstruir un inmenso y a la vez efímero emporio comercial a través de laextracción y exportación del palo de tinte; pero ¿lograrían insertarseexitosamente a la elite regional del momento? A partir de una búsqueda defuentes en archivos judiciales, civiles y hemerográficos, el presente artículose propone aportar elementos sobre la construcción de redes sociales alrededorde la actividad comercial tintórea en la región de los Ríos en el transcursodel siglo XIX.
In the 19thcentury, sailing boats entering the ports of Carmen and Campeche carried a widerange of products from Europe and United States, and left with a singlecommodity, Campeche wood. The case of B. Anizan and Co., run by two Frenchmonks, perfectly illustrates how foreigners built a vast yet ephemeral tradeemporium by extracting and exporting Campeche wood. However, how did theymanage to successfully integrate into the regional elite of the time? Usingsources from legal, civil and journalistic archives, this article seeks tocontribute elements on the construction of social networks involving Campechewood commercial activity in the Region of the Ríos during the 19thcentury.
Fecha de recepción: diciembre de 2012; Fecha de aceptación:julio de 2013.
Duranteel siglo XIX, los barcos de vela que entraban a los puertos del Carmen y deCampeche (puertos situados en el sureste de México en la costa del Golfo) congran variedad de mercancías provenientes de Europa y de Estados Unidos, salíancon una única mercancía: el palo de tinte, también conocido como ek',palo de Campeche y por su nombre científico Haematoxylum campechianum.Veremos a lo largo del presente trabajo que este comercio, ya existente desdela época del virreinato, tomó proporciones nunca antes alcanzadas durante lasegunda mitad del siglo XIX, y definió el devenir socioeconómico de la regiónimplantada en el sur del Golfo de México conocida como la región de los Ríos.Lo anterior queda expuesto a partir de la historia de una familia de origenfrancés que, articulándose a la prominente elite carmelita, se convirtió en unode los máximos exponentes del auge generado a partir de la explotación ycomercialización del palo de tinte: la familia Anizan.
Elcomercio de esta madera, ya conocida como materia tintórea por los mayasprehispánicos, inició tempranamente en la época virreinal de Nueva España. Fueen 1561 cuando el conquistador y encomendero del pueblo de Calotmul en laprovincia de Valladolid (Yucatán), Marcos de Ayala, descubrió los diferentescolores que proporcionaba este árbol. Según el testimonio de los diversostestigos interrogados en la Probanza de Marcos Ayala de 1578,1 dichoconquistador, quien participó en la conquista y pacificación de la provincia deYucatán y de Tabasco junto con los Montejo, había introducido la manera dehacer seda y de extraer del añil y del palo de tinte gran variedad de colorespara teñir los paños de Nueva España, así como los de la metrópoli y Flandes.El comercio de esos colores sería aprovechado por las naciones europeas, enparticular Francia, Inglaterra y Holanda, famosas por su industria textil.2
MarcosAyala tuvo la exclusividad en el corte del palo durante un periodo de diez añosa través de la merced otorgada por Felipe II,3cuya comercialización le permitió un oportuno ingreso económico a la provinciade Yucatán, desprovista de cualquier otra fuente de riqueza. A partir de 1575los navíos de la corona retornaron a Sevilla con 1 350 quintales de cargamentode palo. García Bernal (2006) calcula que unos 19714 quintales salieron delpuerto de Campeche entre 1575 y 1598, cifra por debajo de la realidad, ya queentre 1580 y 1591 existe un vacío en las fuentes documentales (p. 150 y cuadroXXII).
En1577 los oficiales de la corona ubicaban el árbol en los lugares cercanos a lacosta y, por ende, a los puertos de embarque: Tabasco, Tixchel, Champotón, Telchaque,La Ceyba, Pozo de Lerma, San Francisco de Campeche, Sisal, Dzilam, Tabuzos, RíoLagartos, Conil y Cabo Catoche,4 siendoeste último el lugar predilecto entre los ingleses para la tala del árbol,antes de que empezaran a registrar otras costas de tierra en busca de losárboles tintóreos.
Enel transcurso de los siguientes siglos la región de los Ríos, ubicada en la circunvalaciónde Laguna de Términos (al sur del estado de Campeche) y antigua región de laChontalpa maya, fue el lugar predilecto para la explotación del palo de tintepor la abundancia de los ríos y, por ende, de terrenos bañados en los afluentesque facilitaban su extracción, aunado a cualidades óptimas para el crecimientode este árbol. Así comentaba el inglés Dampier (2004): "el verdadero palode tinte [...] crece en la región de Yucatán, e incluso ahí sólo en algunoslugares cerca del mar". Para 1665, la línea de mira ya estaba puesta en labahía de Campeche, específicamente en la isla de Tris, hoy día Ciudad delCarmen, en la Laguna de Términos, porque en Cabo Catoche
todos los árboles cerca del mar fueroncortados; ahora está abandonado por completo, ya que acarrearlos hasta laorilla exige más trabajo que talar, cortar y astillar. Además, encuentran mejormadera en estos días en las bahías de Campeche y Honduras, y tienen que hacerpoco camino para cargarla, no más de 300 pasos [...] mientras que en CaboCatoche se veían obligados a cagarla 1 500 pasos antes de partir de aquel lugar(p. 147).
Esdecir, en los inicios de la explotación de este producto natural por la coronaespañola, el árbol se encontraba en los lugares más húmedos de la península y noexclusivamente en la región de los Ríos. Por ser esta un área poco hospitalariay con una baja densidad poblacional, la corona perdió su control frente a lapresencia de los piratas establecidos en la zona para extraer y sacar de formailícita la madera, hasta su definitiva expulsión en 1716 (Sierra, 1998, p. 64).Los circuitos comerciales del palo de tinte entre 1750 y 1807 han sido objetode un acucioso trabajo publicado por Contreras Sánchez (1990) en el que laautora pone en evidencia las rutas oficiales de la madera tintórea entreCampeche y los puertos españoles y de dominio español: Cádiz, Santa Cruz deTenerife (islas Canarias), Santo Domingo, La Habana y Veracruz, así como lasrutas de contrabando.
Perono sería hasta la segunda mitad del siglo XIX, en pleno proceso de inserción dela recién estrenada república mexicana al sistema capitalista mundial, que estaactividad comercial alcanzaría un gran auge en la región que nos ocupa.
Entre1850 y 1910 todos los barcos, sin excepción alguna, procedentes tanto de Europa(Liverpool, Hamburgo, Amberes, Barcelona, Génova, Marsella, Le Havre, Burdeos,Queenstown) como del Caribe (Kingstown, La Habana, Santo Thomas) y Norteamérica(Nueva York, Nueva Orleans, Mobila) que zarpaban en los puertos abiertos al tráficode altura para los buques nacionales e internacionales de Campeche y delCarmen, salían cargados con una única mercancía: toneladas de palo de tinteextraído de la región de Palizada y del Carmen, enclavadas en la parte orientalde la región de los Ríos.5 Las cifras de exportación llegaban apicos superiores a las 30 000 toneladas al año, sólo contando los barcos quesalían del puerto de la villa del Carmen. Era la única mercancía valiosa de lacosta del sur del actual estado de Campeche que interesaba a los extranjeros(véase cuadro 1).
Comoilustra el cuadro 2, los comerciantes más prósperos y más influyentes eranextranjeros o hijos de migrantes recién llegados a Carmen o Palizada, quienesejercían un monopolio casi insolente sobre la explotación del palo de tinte.Controlaban su comercialización, compraron grandes extensiones de tierras en laregión de los Ríos donde crecía el árbol y conseguían los permisos para suexplotación.
Hayque señalar que 40% de las tierras censadas en el partido del Carmen sededicaban exclusivamente al corte del palo de tinte, 19% a la crianza deganado, 12% al cultivo de la caña de azúcar y 16% al del maíz y hortalizas(Vadillo, 1994, p. 56). Aparecen como los principales consignatarios de lasmercancías que entraban y salían del puerto del Carmen y los más importantes propietariosde haciendas y ranchos del partido del Carmen, de origen español, Gutiérrez yCía. (su padre era de Santander), Juan Ferrer y otero (ya era mexicano, su papáera catalán), Quintana Hermanos, Paullada y Cía. (Esteban Paullada, fundador dela compañía, era carmelita de padre español y abuelo francés); los francesesBenito Anizan y Cía., Pablo Paoli, Andrés Giuliani, y el inglés Juan Repeto.Entre las décadas de 1840 y 1870 la empresa Gutiérrez y Cía. estaba muy pordelante de las demás empresas en la consignación de productos importados ysobre todo del palo de tinte exportado, seguido por la empresa B. Anizan yCía., en la que nos enfocaremos con mayor detenimiento. Curiosamente, apareceen contadas veces el nombre del eminente comerciante Victoriano Niévez comoconsignatario de buques mercantiles, quizá porque privilegió orientar susnegocios en préstamos a particulares y a empresarios.
Loshermanos Anizan, Francisco y Benito, inmigrantes franceses originarios de SantaMaría de Oloron, en los Pirineos franceses, habían llegado a México en ladécada de 1830 entrando por el puerto de Veracruz, donde empezaron a abrirtiendas de ropa bajo el nombre de la Compañía Anizan Hermanos. Estuvieroninvolucrados en un juicio contra la compañía comercial Víctor Pinet y Cía. Endicho juicio, el juez de Hacienda de Veracruz negó reconocer la existencia dela compañía Anizan y terminó por embargar sus tiendas, mercancías ydocumentación, y declaró a Francisco Anizan como deudor de la Victor Pinet yCía.6 No existe registro de cómo terminó el caso y no nos volvemos aencontrar con los hermanos Anizan hasta 1849, en la villa del Carmen, donde laaduana detiene cargas de azúcar propiedad de Francisco.7 Poco tiempomás tarde, el 19 de abril de 1851, los hermanos Anizan fundan una nuevasociedad mercantil, la B. Anizan y Cía.8
Francisco,el mayor de los dos hermanos, fue nombrado vicecónsul de Francia en Carmen en1853, sustituyendo al señor Durand, ya fallecido.9 Casado con laveracruzana Ángela Granacías, tuvo dos hijos: Francisco y Genoveva. La lápidade don Francisco en el Panteón Municipal carmelita lo recuerda por su puestodiplomático: "Aquí yacen los restos de Dn. Fco. ANIZAN Vicecónsul deFrancia del Carmen. Nació el 9 de marzo de 181010 en Ste. Maried'Oloron (Basses Pyrenées). Falleció el 1° de octubre de 1862" debido a unaccidente de cacería. Y en la catedral de la ciudad se encuentran aquellas querecuerdan el fallecimiento de su esposa Ángela, en Arcachon (Francia) en 1890,y la de su hijo a bordo del vapor francés La Navarre en 1895.
Másprototípico fue su comportamiento comparado con su hermano Benito, siguiendo lalógica de un miembro de la elite regional. Su presencia destacada en losámbitos sociales carmelitas provenía sobre todo de su cargo como agenteconsular de Francia en isla del Carmen.
Asíhablaba de él el arqueólogo francés Désiré Charnay, cuando en 1859 llegó a sucasa, camino a las ruinas de Palenque:
Medirigí inmediatamente a la casa de don Francisco para quien llevaba una cartade recomendación. Monsieur Anizan es, al par que negociante, cónsul de Franciaen el Carmen y es sin duda el hombre más hospitalario que conozco; no sóloquiso que me alojase en su casa, sino que se ocupó de mi partida, dispuso en milugar el transporte de mis efectos personales, me consiguió amigos yprotectores en el litoral del Usumacinta, de tal manera que sin ningunapreocupación, sin ninguna gestión, me encontré listo para remontar el río.Además, este hombre excelente me colmó de provisiones. El viajero que se hallaen estas circunstancias, incapaz de devolver el bien que ha recibido, sólopuede hacer votos por la prosperidad de los amigos que le tendieron una mano desocorro (Cabrera, 1987, p. 560).
Alcontrario que con su hermano, seguir el hilo del quehacer social de don BenitoAnizan ha sido, hasta la fecha, un esfuerzo infructuoso. La abundancia de datossobre su accionar económico desaparece cuando nos adentramos en la animada vidapolítica y cultural carmelita decimonónica. Su presencia en el espacio públicono va más allá de aparecer como socio de la Sociedad Agrícola Mexicana enCiudad del Carmen, moviéndose siempre en ámbitos productivos.11
Tampocohay registro de que hubiera pasado por el acto social de matrimoniarse, aunquesí tuvo dos hijos naturales reconocidos: el primero, Luis, fruto de su relacióncon María del Tránsito Echazarreta, y la segunda, Adela, de la que mantuvo conJoaquina García.12 Ambos nacieron en la villa de Palizada, donde donBenito debía pasar largas temporadas atendiendo sus negocios, y si de doñaJoaquina sólo nos consta que era paliceña, la familia Echazarreta sí esampliamente conocida en la vida política peninsular pues, siendo de origenvasco, estaba emparentada con Santiago Méndez y, por tanto, con los Sierra.13
Asu regreso por tierras mexicanas en 1880, Désiré Charnay volvió a visitar alúnico de los dos hermanos Anizan todavía vivo, Benito, quien tenía unas ruinaspre-hispánicas mayas que quería mostrar al arqueólogo. Charnay (1885, p. 355)escribe al respecto:
Unade las principales casas es la del señor Anizan, cuyo fundador había conocidoantaño, ya había muerto pero volví a ver a su hermano don Benito y a su hijoPancho. Habíamos cambiado en 25 años sin vernos, y fue necesario que cada quiendecline su nombre para que me reconociera. De inmediato formé parte de lafamilia y entablé la plática acerca de las ruinas que don Benito conocía muybien.
Dedon Benito no nos queda ni su huella inmortalizada en mármol, aunque sabemosque murió en tierras carmelitas el 24 de abril 1895, a causa de"tuberculosis capilar".14
Enlo que don Benito cumplió a cabalidad con los patrones propios de elite fue envincularse con familias distinguidas a través de los matrimonios de sus doshijos. Luis se casó en 1886 con Mercedes Romellón, hija de don Carlos, quienfuera durante años tesorero del Ayuntamiento de Ciudad del Carmen, y Adela yalo había hecho en 1878 con Moisés Urquiola Rosado, hijo de un prominentecomerciante carmelita;15 con ello losAnizan pasaron a formar parte por vías de parentesco de la oligarquía carmelitaconstituida a partir del triunfo liberal y consolidada durante el porfiriato.
MoisésUrquiola Rosado fue nombrado por su suegro gerente de Benito Anizan y Cía. y,con ello, asumió un papel mucho más público que don Benito como autoridadeconómica —en 1886 era miembro de la Junta Directiva de la Cámara de Comerciode Isla del Carmen16 con patrimonio propio, al tener terrenos enPalizada, donde cortaba palo de tinte,17 y con vínculosdiplomáticos, pues a partir de 1888 pasó a ser agente consular de Francia en laisla a pesar de no ser francés.18 De hecho, en todos los actosimportantes de representación política, era don Moisés quien hacía los honoresa gobernadores y jefes políticos a nombre de don Benito.
Asíocurriría en la visita del jefe político carmelita José Trinidad Ferrer aPalizada en 1886, pues, asentaba la prensa oficial campechana: "Como sabennuestros lectores, el Sr. Urquiola dirige las negociaciones de la importantecasa de B. Anizan, que tiene en Palizada su principal asiento."19Lo mismo sucedería meses más tarde ante la visita del general Pedro Baranda aCiudad del Carmen, en honor a la cual Moisés Urquiola —"dignorepresentante de la casa más respetable de nuestro comercio"—20organizó un banquete y un baile; así como en la de 1889,21 quienrecibiría al general junto con su íntimo amigo Onecífero Durán, gobernadorinterino de Campeche un año antes.
Elpanegírico publicado en primera plana del Periódico Oficial de Campecheen el partido del Carmen tras su muerte en 1891, ilustra cómo Moisés Urquiolaencarnaba los atributos más valorados en esos tiempos porfirianos por la altasociedad carmelita: ser un patriota, filántropo y "quien supo conquistarsela elevada y ventajosísima posición social en que lo arrebató prematuramente lamuerte". Los fragmentos que siguen muestran el impacto de su defunción:
Elseñor Moisés Urquiola Rosado, gerente de la respetable casa de comercio de losseñores B. Anizan y C de este puerto ha fallecido a las 6 y cuarto a.m. del día28 del corriente.
Ala noticia de tan ingrato y nefasto suceso, conmovida esta sociedad como unsolo hombre por el más profundo sentimiento [...] El duelo era general, susamigos lo lloraron, el Comercio tributó también honores fúnebres alrepresentante de la primera casa mercantil del estado [. ]y el cuerpo consular y todos los buques surtos en el puerto izaron suspabellones a media asta.22
Porotro lado, don Moisés estaba directamente emparentado con Casimiro Paoli y conJuan Andrés Giuliani, ambos miembros de una misma familia procedente de Córcegamuy bien situada en la elite regional.23 La isla de Córcega fueanexada definitivamente a Francia en 1811 por el también corso NapoleónBonaparte después de años de lucha por su independencia frente tanto afranceses como a genoveses y británicos; resistencia liderada por PasqualePaoli, impulsor de la considerada primera revolución burguesa de Europa alproclamar la creación del Estado corso en 1755 (Junqueras y Ollé, 2011, pp.52-55). No sabemos si existió parentesco entre Pasquale Paoli y la familia quemigraría hacia México, pero sí podemos pensar que los Paoli-Giuliani venían defamilia de notables y que llegaron con recursos económicos a tierras carmelitashuyendo de una Córcega que seguiría políticamente convulsa durante todo elsiglo XIX, para insertarse rápidamente en la elite regional cuyos máximosexponentes eran los comerciantes Benito Anizan y Victoriano Niévez.
PabloPaoli, hermano de Casimiro, estaba casado con la hija de Victoriano Niévez, quienno sólo era el principal competidor en fortuna de Benito Anizan, sino que siguesiendo hoy día el personaje símbolo de la época de oro carmelita. Pablo yCasimiro, hijos de Francisco Paoli y Catalina Giuliani, nacieron en Canari(Córcega) a principios de la década de 1840, casándose en Ciudad del Carmen elprimero con María Trinidad Niévez Hernández en 1866, y el segundo en 1868 conAtilana Urquiola Rosado, de quien sabemos que era cuñada de Adela Anizan(fallecida a un año de su boda sin dejar un descendiente) y que llegaría a serpresidente municipal de Ciudad del Carmen y jefe político del partido.24
Desdeun inicio, la compañía tuvo como objetivo la explotación y comercialización delpalo de tinte. Compró en Palizada grandes extensiones de tierra productoras deltan preciado árbol que cortaba, fletaba en sus propias embarcaciones por el ríodel mismo nombre hasta Ciudad del Carmen y Frontera en Tabasco, y de ahíexportaba hacia Europa y Estados Unidos, Cuba y Jamaica. También compraba palode tinte a otros cortadores sin acceso a los mercados internacionales paraigualmente exportarlo.
Seconvirtió en experta en denunciar tierras baldías. Entre 1858 y 1896 denunció ydisputó trece terrenos en el partido del Carmen, siete veces ganó, adquiriendomás de siete mil hectáreas de tierras propicias para el corte de palo (cuadro 3).
Laexpansión territorial de Benito Anizan y Cía., al igual que la de sus paisanoscarmelitas, fue posible gracias a las políticas gubernamentales decididas a estimularla colonización de un México en construcción. Colonización dirigida tanto amexicanos como a extranjeros, a poder ser europeos. Efectivamente, en decretode febrero de 1856, el gobierno federal autorizó a los extranjeros avecindadosy residentes en la república a poseer y adquirir propiedades bajo los mismosmecanismos que cualquier mexicano, aunque varias veces se prohibió ese derechoa los extranjeros de países vecinos de acuerdo a como se iba desarrollando laconflictiva definición de las fronteras mexicanas, por lo que era evidente quela política de colonización debía implicar la "mexicanización" delterritorio. En 1861, por su parte, el gobernador del partido del Carmen,Perfecto Vadillo, publicó a su vez un proyecto ofreciendo tierras vírgenes delpartido, para quienes desearan dedicarse a trabajos del campo o cultivo decereales (Sierra, 1972, p. 33).
Peroel impulso definitivo a la privatización de grandes extensiones de tierra fuela ley juarista de 1863, la que retomaba la declaración hecha por el generalSanta Anna en 1853 de que las tierras baldías eran propiedad de la nación yestablecía los mecanismos para adjudicarlas. Daba tres meses de tiempo aquienes poseían terrenos para que iniciaran su titulación, según los nuevosprocedimientos y ante las instancias federales.
Deno hacerlo, perdían su derecho de preferencia y su posesión pasaba a lacategoría de baldío, lo que significaba que podía ser denunciado porcualquier otro interesado. Un baldío era un terreno no titulado, de acuerdo ala ley vigente; estuviera ocupado o no, era concebido como terreno vacío. Ahorabien, dicha ley,25 así como también lo haríala de 1883, limitaba la extensión a denunciar por un particular a 2 500hectáreas, en un intento de contener el acaparamiento (Fenner, 2010, anexo). Elresultado para el partido del Carmen fue la posibilidad de declarar ampliasextensiones de terreno como baldíos, lo que permitió a aquellos con mayoresrecursos obtener la titulación de los terrenos donde crecía generoso el palo detinte. Proceso que pocas veces estuvo exento de conflictos entre la misma elitepor la obtención no de cualquier propiedad, sino de la que tuviera un fácilacceso al río para sacar el producto y llevarlo hasta Palizada y a Carmen, comolo subraya Torras Conangla (2012, p. 93).
Ademásde la compra de terrenos baldíos, la compañía era prestamista, las deudaspodían finiquitarse con dinero o con quintales de palo de tinte. Así los 6 979pesos que le debía don Lorenzo Betancourt para invertir en deudas de sirvientesy en proveerse de los útiles necesarios para establecer un corte de palo detinte fueron solventados de la siguiente forma:
Delmes de marzo a mayo del año próximo entrante de 1873 entregará a dichos susacreedores de 1 500 quintales de palo de tinte de buena clase a un real menosdel precio corriente en el momento de la entrega. En el mismo tiempo o épocadel año siguiente entregará 1 000 quintales en iguales términos y asísucesivamente seguirá haciendo entregas anuales de a 1 000 quintalesproveniente de su débito y hasta solventarlo.26
Variasde las haciendas y ranchos pasaron a ser propiedad de Anizan por incumplimientodel pago de la deuda. Un ejemplo: la hacienda San Pablo, ubicada en el sur delpartido de Champotón, que lindaba con el del Carmen. Contaba con una cantidad"inagotable" de maderas de excelente calidad (caoba, palo de tinte,cedro, etc.), unas 800 cabezas de ganado y enormes extensiones de tierra convocación agrícola. En 1859, la finca tenía 15 sirvientes adeudados y producíaarroz, maíz, caña de azúcar, miel, palo de tinte y ganado.27 Segúnla relación de establecimientos de campo de 1869, era propiedad de Manuel deArrigunara y tenía ya 51 sirvientes, cuya deuda ascendía a 9 208.03 pesos(Arnábar, 2005, pp. 254 y 282). Para 1876 aparece con el mismo propietario, unaextensión de 60 leguas (104 160 ha), 80 sirvientes con una deuda de 1 600 pesosy el valor de la cosecha —integrada por maíz, arroz y caña— de 19 000 pesos;era la explotación con mayor número de sirvientes y mejor valorada de todo elpartido de Champotón.
Enel año 1886 San Pablo entró en litigio, y durante tres años B. Anizan y Cía.peleó en un juicio hipotecario contra la propietaria doña Faustina Gutiérrez deA., finalmente, en 1889 fue adjudicada por la suma de 100 413.28 pesos las 64leguas (109 000 ha) de tierras propias.28
Trasla muerte de Benito Anizan en 1895, cuando todos los bienes de la B. Anizan yCía. se pusieron a disposición de los herederos Luis Anizan y Genoveva AnizanGranacías, el avalúo de la finca había aumentado 4% al año; las 112 279 ha y lamisma finca valían 140 750.91 pesos en 1900. Finalmente, el 8 de abril de 1901la propiedad fue inscrita al Registro Público de la Propiedad y del Comercio deCampeche con el nombre de su nuevo propietario: la San Pablo Company, y tenía,según el periódico The Mexican Herald, una extensión e infraestructuraconsiderable: 121 410 ha de terreno —con 38.6 km de línea de mar—, 19.3 km delínea de tren, varios edificios, almacenes, unas 800 cabezas de ganado yenormes extensiones de tierra con vocación agrícola. Anunciaba la transaccióncomo de gran magnitud —de "varios cientos de miles de dólares"—, puesla hacienda San Pablo contaba con una cantidad "inagotable" demaderas de excelente calidad (caoba, palo de tinte, cedro, etcétera).29
Aesa propiedad en el partido de Champotón, entonces, habría que sumarle las queposeía la Compañía en el partido del Carmen, concretamente en la municipalidadde Palizada, que fue la base territorial de su imperio. Dentro de lajurisdicción de Palizada tenemos constancia de que en 1858 Anizan compró lasfincas San Geronimito y Río Blanco. Luego, en 1859, compró Jobal y San Felipe;otra en 1871, dos terrenos en 1876, uno en 1879 y, finalmente, otro en 1891.Además, fue propietario de la mitad de la isla del Chinal, ya en jurisdicciónde Jonuta (Tabasco), lo que representaba una extensión de 13 323 ha, 42 a, 90ca, 928 mm2 (Torras Conangla, 2012, pp. 109-114). Vemos que, amenudo, no se cumplía la legislación de limitar a 2 500 hectáreas la extensiónque un solo particular podía denunciar.
Ala exportación de palo de tinte le sumaron la de cueros —pues también teníanganado en sus fincas—, caoba, cedro y sal, la importación de gran diversidad demercancías y la fabricación de tejas de barro planas conocidas como tejasfrancesas o tejas de Marsella, muy en boga en aquella época.
Almorir don Benito en 1895, la compañía fue liquidada definitivamente, quedandosu sobrina Genoveva como albacea de las sucesiones y liquidataria de lanegociación.30 Como parte del patrimonio que conservaban en México,en 1900 Luis Anizan Echazarreta —hijo de don Benito— y su prima Genoveva AnizanGranacías —residente en París— empezaron a vender propiedades, empezando con lafinca San Pablo a la San Pablo Company.
Desdehace dos décadas el tema del comercio del palo de tinte interesa cada vez más alos historiadores, que aportan una visión desde la perspectiva económica: los quintalesexportados, los circuitos comerciales internacionales, el cabotaje, lascondiciones de trabajo de los cortadores. Esta investigación tuvo como objetivoinmiscuirnos dentro de la oligarquía carmelita que tenía el monopolio del cortey enfocarnos al caso de una familia en particular, para quien ser migrante norepresentaba ningún impedimento, sino al contrario. En el imaginario demodernidad y progreso de la época, provenir de un país europeo o norteamericanoconstituía un capital social muy preciado por las elites locales y regionalesen su anhelo de blanqueamiento.
Graciasa las fuentes documentales en archivos y en el Registro Civil, pudimosreconstituir el árbol genealógico de Francisco y Benito Anizan, y entender lasredes sociales que habían tejido desde el momento de su llegada al Carmen. A lolargo de medio siglo se convirtieron en los miembros más pudientes de la elitelocal gracias sobre todo a la explotación masiva del palo de tinte y a ladiversificación de sus negocios. El apellido desapareció por completo de lahistoriografía regional después de que el nieto del fundador, Benito, semarchara a vivir a la ciudad de México en la década de 1930. Su rastreo,seguramente, debería hacerse en otros países a los que fue llevada su fortunaobtenida en los campos de la región de los Ríos.
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TorrasConangla, R. (2012). La tierra firme de enfrente. La colonización campechanasobre la región de los Ríos (siglo XIX). México: UNAM.
VadilloLópez, C. (1994). La región del palo de tinte: El partido del Carmen,Campeche: 18211857. Campeche, Campeche: Fondo Estatal para la Cultura y LasArtes.
Otras fuentes
Archivos
AGECArchivo General del Estado de Campeche.
AGEYArchivo General del Estado de Yucatán.
AGIArchivo General de Indias.
AGNArchivo General de la Nación.
AHRPPCArchivo Histórico del Registro Público de la Propiedad y del Comercio deCampeche.
CCJCCasa de la Cultura Jurídica de Campeche.
HNDMHemeroteca Nacional Digital de México.
RCCCRegistro Civil de Ciudad del Carmen.
Periódicos
El Siglo Diez y Nueve, 1880.
Semana Mercantil, 1886.
La Voz de México, 1888.
Periódico Oficial Estado de Campeche. Partido del Carmen,1886, 1889, 1891y 1895.
Periódico Oficial Estado de Tabasco, 1887.
The Mexican Herald, 1990.
1 Méritos y servicios de Marcos de Ayala Trujeque. Yucatán,1591. Fondo Patronato. 80, N. 3, R. 4. Archivo General de Indias (AGI).
2 Información de los méritos y servicios de Marcos deAyala. Mérida 15 de septiembre de 1561. Fondo Patronato. 64, R.7. AGI.
3 Razón que envían al excelentísimo. 26 de mayo de1577. Fondo Indiferente General. Leg.1530. AGI.
4 Razón que envían al excelentísimo. 26 de mayo de 1577.Fondo Indiferente General. Leg. 1530. AGI.
5 En los libros del Fondo Movimiento Marítimo del ArchivoGeneral de la Nación, México, del catálogo 42 al 111 se tiene el registro delas salidas y entradas de los barcos a los puertos de Campeche y del Carmen.
6 Denuncia de la Anizan Hermanos contra el juez deHacienda de Veracruz y Víctor Pinet y Cía. en Veracruz. Fondo Justicia. Vol.351, exp. 28, fol. 416423. Archivo General de la Nación (AGN), México.
7 Actas administrativas sobre la detención de cargasde azúcar en la Aduana del Carmen propiedad del francés Francisco Anizan. 13 deagosto de 1849. Poder Ejecutivo. Aduana Marítima del Carmen. Administración.Caja 52, vol. 2, exp. 23. Archivo General del Estado de Yucatán (AGEY), México.
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9 Cónsules extranjeros. núm. 75, 20 de mayo de 1853.Archivo Histórico de la Secretaría de Relaciones Exteriores (AHSRE), México.
10 Según su acta de nacimiento nació el 9 de marzo de1809, en Registre Civil, Commune de Sainte Marie, Naissances, 1809, n. 23.
11 (3 de febrero de 1880). El Siglo Diez y Nueve.Ciudad de México, p. 2. Hemeroteca Nacional Digital de México (HNDM).
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13 Libro de Matrimonios. T. 14, año 1878, f. 32v y t.22, año 1886, f. 45. RCCC, México.
14 Libro de Defunciones. Año 1895, núm. 51. Ciudad delCarmen. RCCC, México.
15 Libro de Matrimonios. Año 1878, núm. 67. Ciudad delCarmen; Libro de Matrimonios, año 1886, núm. 80, Ciudad del Carmen. RCCC,México.
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23 Libro de Nacimientos. Año 1869, núm. 95 y años1870-1871 núms. 51, 54, 55, 96, 97. Ciudad del Carmen; Libro de Matrimonios.Año 1868, núm. 27. Ciudad del Carmen. RCCC, México.
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25 "Ley sobre ocupación y enajenación de terrenosbaldíos", artículo 1°, 20 de julio de 1863. En Manuel Dublán y José M1Lozano (comps.) Legislación Mexicana o colección completa de lasdisposiciones legislativas expedidas desde la independencia de la República,Imprenta de Eduardo Dublán, 1887-1898, núm.
26 Serie Hipotecas. Caja 4, vol.11, fs.128-130v, 20 dediciembre de 1872. Archivo Histórico del Registro Público de la Propiedad y delComercio de Campeche (AHRPPC), México.
27 Estadística del Estado de Campeche. Agricultura eindustrias anexas. Partido de Champotón. Municipalidades de Champotón,Seybaplaya y Seibacabecera. Agencia del Ministerio de Fomento en Campeche.Microfilm Tulane Latin American Library.
28 Denuncio de un terreno baldío situado en el partido deChampotón, lindando con tierras de los ranchos San Pablo y Sacacal hecho por elC. Onecíforo Durán. Año 1882. Juzgado 1° de Distrito. Juicios Civiles. Fondo Baldíos. Caja 1882-1884, exp. 29 o 66. CCJC, México;T. 10, 1889, fs. 256-257. RCCC, México.
29 (14 octubre 1900). The Mexican Herald.Ciudad de México, p. 15, HNDM.
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