10.18234/secuencia.v0i108.1723
Artículos
Los estudiantes de las Escuelas
Normales Rurales en el conflicto internacional
de la guerra fría*
Rural Teacher-Training College
Students During the International Cold War Conflict
Mónica Naymich López Macedonio1 , https://orcid.org/0000-0001-9157-3741
1Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad Nacional Autónoma de
México, México, utopistica@gmail.com
Resumen:
En este artículo nos proponemos develar algunos de los
hallazgos de una investigación más amplia acerca de la Federación de
Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM)
que fue sustentada, principalmente, en el archivo de la Dirección Federal de
Seguridad, en donde se esclarece el posicionamiento político e ideológico que
los estudiantes normalistas rurales, organizados en la FECSM,
mostraron ante el conflicto internacional de la guerra fría, y se explica el
nacimiento de esta organización como resultado de las alianzas políticas
fraguadas en vísperas y durante la segunda guerra mundial, concretamente, entre
los representantes de la Internacional Comunista en México y el gobierno de
Lázaro Cárdenas, que dieron como resultado la estructura corporativa que
después conocimos y con la que se gobernó este país durante gran parte del
siglo XX. La FECSM
fue una organización estudiantil emblemática del nacionalismo revolucionario
que estuvo adscrita a organizaciones estudiantiles internacionales abiertamente
identificadas con el antimperialismo de la Unión Soviética.
Palabras clave: Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México; Confederación
de Jóvenes Mexicanos; Unión Internacional de Estudiantes; Federación Mundial de
la Juventud Democrática; guerra fría.
Abstract:
This article shares some of
the findings of a broader research project on the Federation of Socialist
Peasant Students of Mexico (FECSM) based mainly on
the Federal Security Directorate archives. It clarifies the political and
ideological position of rural trainee teachers, organized in the FECSM, on the international cold war conflict. It
explains the origin of this organization as a result of the political alliances
forged on the eve of and during the second world war, specifically between
representatives of the Communist International in Mexico and the Lázaro
Cárdenas government, which resulted in the corporate structure that
subsequently governed this country for much of the 20th century. The FECSM was an emblematic revolutionary nationalist
student organization, attached to international student organizations that
openly identified with the anti-imperialism of the Soviet Union.
Keywords: Federation of Socialist Peasant Students of Mexico;
Mexican Youth Confederation; International Union of Students; World Federation
of Democratic Youth; cold war.
Recibido: 28 de febrero de 2019 Aceptado: 17 de
septiembre de 2019
Publicado: 21 de agosto de 2020
Los estudiantes de las Escuelas Normales Rurales también
se posicionaron en el conflicto internacional de la guerra fría. Ni la
historiografía de dicho conflicto ni la de las Escuelas Normales Rurales habían
sugerido la posibilidad de tal conexión; pero la hubo. En una época en la que,
en México, el corporativismo funcionaba como sistema de gobierno, tal
posicionamiento lo hicieron como miembros de un organismo estudiantil que los
representaba y que necesariamente estaba adscrito al andamiaje corporativo del
Estado posrevolucionario. A partir de algunas evidencias documentales,
localizadas en los desclasificados del Centro de Investigación y Seguridad
Nacional (CISEN), concretamente, el archivo de la
Dirección Federal de Seguridad (DFS), ha sido
posible develar esa conexión que, advierto, es sólo la punta del iceberg que esperamos aliente futuras investigaciones.
Algunas pistas que nos ayudan a documentar el nacimiento de la organización
estudiantil de las Escuelas Normales Rurales han sido localizadas en el Archivo
Histórico de la Secretaría de Educación Pública (AHSEP),
las cuales han sido incorporadas en este texto. Breves fragmentos de
entrevistas realizadas a exdirigentes estudiantiles de las Normales Rurales
también fueron incluidos, las cuales nos dan pistas para documentar el quehacer
y los alcances de la organización estudiantil.
Para conocer el posicionamiento de los estudiantes de las
Escuelas Normales Rurales en el conflicto internacional de la guerra fría es
indispensable identificar la existencia de la Federación de Estudiantes
Campesinos Socialistas de México FECSM, organismo
estudiantil en el que militaron y que los representó, entre 1935 y 1969, como
un corporativo nacional ante las autoridades de la Secretaría de Educación
Pública (SEP). Es importante señalar que pocos
trabajos han documentado la historia de la FECSM.
Breves referencias han sido enunciadas en La escuela como
opción de vida. La formación de maestros normalistas rurales en México,
1921-1945 (Civera, 2008), y en el artículo “¡Por qué somos estudiantes
de segunda: la organización de los estudiantes campesinos en México
1932-1941!”, en el que, apoyada en documentos oficiales resguardados en el
Archivo Histórico de la Secretaría de Educación Pública (AHSEP)
–expedientes de alumnos, informes de directores e inspectores, comunicados de
los estudiantes y padres de familia a las autoridades educativas–, Alicia
Civera ha descrito la participación de los estudiantes normalistas rurales en
la creación del autogobierno, entorno en el que se conformó una cultura
estudiantil particular, es decir, la de considerarse “estudiantes de segunda”
(Civera, 2011). Otras menciones que aluden a la fundación de la FECSM, también sustentadas en documentación de la SEP, han sido expuestas en los trabajos de Maximino
Ortiz Jiménez (1991), La formación de maestros rurales en
el Estado de México, 1927-1940, y de Manuela Sepúlveda (1976), La política educativa y las escuelas rurales en la década de los
treinta. El caso de las Escuelas Regionales Campesinas en 1936. Sergio
Ortiz Briano (2012), en su libro Entre la nostalgia y la
incertidumbre. Movimiento estudiantil en el normalismo rural mexicano, ofrece continuas referencias de la FECSM, pero no es el tema central de su investigación.
Hasta ahora sólo existe una investigación académica que se ha puesto como reto
la escritura de una historia en la que la FECSM es
la protagonista. Se trata de la tesis doctoral “Historia de una relación
institucional: los estudiantes normalistas rurales organizados en la Federación
de Estudiantes Campesinos Socialistas de México y el Estado mexicano del siglo XX (1935-1969)” (López Macedonio, 2016); defendida en El
Colegio de México y reconocida, bajo concurso, por la Sociedad Mexicana de
Historia de la Educación, A. C. (SOMEHIDE) como la
mejor tesis de doctorado en el marco de su XV Encuentro Internacional de
Historia de la Educación: Movimientos, Desigualdades y Reformas Educativas en
el Tiempo, que fue llevado a cabo en Pachuca, Hidalgo, en noviembre de 2018. El
presente artículo refiere algunos de los hallazgos de ese trabajo, pero
también, de las labores de investigación que actualmente son realizadas en el
Instituto de Investigaciones Sociales, en el marco del Programa Becas
Posdoctorales en la UNAM y que es patrocinado por
la Coordinación de Humanidades.
De acuerdo con la documentación que ha sido consultada y
que aporta evidencias para reconstruir el posicionamiento de los estudiantes
normalistas rurales organizados en la FECSM en el
conflicto internacional de la guerra fría, podemos sugerir que ese organismo
estudiantil fue sólo un actor más que era incluido en la delegación que
representaba a México en los congresos de estudiantes a los que convocaron
organismos de corte internacional que estuvieron alineados al bloque que
lideraba la Unión Soviética. Se observa el protagonismo, en cambio, de la
Confederación de Jóvenes Mexicanos (CJM), central
estudiantil en la que, desde los tiempos del gobierno de Lázaro Cárdenas,
estuvieron unificadas las organizaciones estudiantiles de las universidades
públicas. La FECSM representaba a las Escuelas
Normales Rurales, las cuales habían defendido el proyecto educativo oficial que
estableció la educación socialista. La CJM fue el
organismo estudiantil que convocó y organizó de manera recurrente a la
delegación estudiantil que representó a México en los congresos a los que
convocaron organismos internacionales alineados a la esfera soviética. Sin
embargo, aunque la participación de la FECSM como
organización no fue protagónica, debe considerarse que, al finalizar la década
de los cincuenta, la CJM fue dirigida por
exsecretarios generales de la FECSM y, por
consiguiente, la vida de las dos organizaciones de estudiantes estuvo
intrínsecamente relacionada (López Macedonio, 2016, pp. 60-61).
En la vida nacional, la FECSM
fue importante en la medida en que representaba a un numeroso contingente
estudiantil. Aunque en el transcurso de la segunda mitad del siglo XX su representación se fue reduciendo debido a los
cierres y transformaciones de las instituciones que representaba, continuó
siendo de importancia debido a que, por ejemplo, en la década de los sesenta
era la representante oficial de 29 escuelas normales rurales que estaban
ubicadas en los siguientes puntos del territorio nacional: Ayotzinapa, Guerrero;
Zaragoza, Champusco y Teteles, en Puebla; El Mexe, Hidalgo; La Huerta y
Tiripetío, en Michoacán; Mactumactzá, Chiapas; Palmira, Morelos; Perote,
Veracruz; Panotla y Xocoyucan, en Tlaxcala; Reyes Mantecón y Tamazulapan, en
Oaxaca; Roque, Guanajuato; Tenería, Estado de México; Atequiza, Jalisco; Cañada
Honda, Aguascalientes; El Quinto, Sonora; Galeana, Nuevo León; Hecelchakan,
Campeche; Jalisco, Nayarit; Saucillo y Salaices, en Chihuahua; San Diego,
Tekax, Yucatán; San Macos, Zacatecas; Canatlán, Durango; Santa Teresa,
Coahuila, y Tamatán, Tamaulipas (López Macedonio, 2016, pp. 338-339).
Las Escuelas Normales Rurales fueron un tipo de educación
subsidiada que fue impulsada por el Estado luego de que la revolución mexicana
se hiciera gobierno; se erigieron como una oferta educativa que ofreció un
sistema de internado para jóvenes del medio rural; espacio del país que,
durante décadas, concentró a la mayoría de la población que habitaba el
territorio nacional, a la que se deseaba organizar y gobernar en la nueva
lógica pretendida por la clase política revolucionaria.
A partir de la presidencia de Lázaro Cárdenas y de la
creación de la FECSM se exigió que los
matriculados en este tipo de instituciones comprobaran su origen humilde, con
el fin de cobijar en sus aulas sólo a los jóvenes que no tuvieran posibilidad
de costearse sus estudios profesionales. Este tipo de educación subsidiaba por
el Estado revolucionario le dio techo, alimento y estudio a un numeroso
contingente de jóvenes de las comunidades rurales. Les concedió la oportunidad
de encontrar en la carrera magisterial una opción de vida a tal grado que, en
la actualidad, un gran número de la población mexicana ha tenido en la familia
o al menos un conocido con la profesión de maestro normalista; por lo que
tampoco es fortuito que en México exista el sindicato magisterial más numeroso
de América Latina. Y es que, a través de la educación, los gobiernos
revolucionarios crearon oportunidades de mejoramiento social y económico para
la mayoría de la población que entonces habitaba el medio rural, ya que:
“ninguna clase dirigente podría prosperar en los albores del siglo XX sobre una base campesina pobre y sin posibilidades de
mejoramiento social y económico” (Zea, 1963, pp. 16-17); esto lo tuvieron muy
en cuenta los gobiernos revolucionarios.
Los estudiantes matriculados en las Escuelas Normales
Rurales permanecían internados seis años. Se recibían adolescentes de entre
doce y trece años de edad a los cuales, en algunos casos, se les ofrecía un
curso para que concluyeran la primaría con su debida certificación. Enseguida
pasaban a cursar la secundaria y, al concluir esta, ingresaban al ciclo
profesional para cursar la carrera de maestro normalista. Es importante señalar
que, aunque todos los estudiantes matriculados en las Escuelas Normales Rurales
eran automáticamente militantes de la FECSM, sólo
los estudiantes del ciclo profesional eran los encargados de dirigirla. Durante
la etapa de internado recibían vestido, calzado, así como una beca de
alimentación y otra denominada “pre” para que sufragaran sus gastos los días
que tenían permitido salir de paseo o visitar a sus familiares. Algunas
escuelas llegaron a contar incluso con alberca, pero también había las que
contaban apenas con los servicios básicos para funcionar. Durante los seis años
que permanecían internados, los estudiantes matriculados en las Escuelas
Normales Rurales, además del subsidio del gobierno federal para vivir y
estudiar en dichos centros educativos, gozaban de la prerrogativa de que, al
egresar, obtenían una plaza de trabajo, así como su militancia automática en el
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE),
que se convirtió, a partir de 1943 y durante décadas, en el operador político
del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Es
importante añadir que este sistema funcionó así mientras la FECSM se mantuvo como la mediadora y representante
oficial de los estudiantes normalistas rurales ante la SEP;
es decir, mientras se mantuvo como portavoz de las bondades del régimen
posrevolucionario en el medio rural.
La FECSM es una de las
organizaciones estudiantiles más longevas que existen en México, por lo que ha
sido testigo del largo proceso de transformaciones que ha encarado este país
durante los siglos XX y XXI.
Entre 1935 y 1969 fue reconocida por las autoridades de la SEP como la representante oficial de los estudiantes
normalistas rurales. La educación subsidiada que los internados de las Escuelas
Normales Rurales ofrecieron a los adolescentes y jóvenes del medio rural,
abrieron la ruta de la movilidad ascendente a millones de mexicanos que
participaron en sus programas de educación y capacitación durante el siglo XX. Estas escuelas especiales para los adolescentes y
jóvenes del campo, que la FECSM representaba,
fueron proyectadas en las primeras décadas del siglo XX
para promover la formación de una clase campesina alfabetizada y organizada en
cooperativas productivas para que fuera la base política y social de los
gobiernos revolucionarios, así como la beneficiaria de la reforma agraria, una
de las promesas esenciales de la revolución mexicana. Sin embargo, las
expectativas de desarrollo nacional que comenzaron a vislumbrarse al final de
los cuarenta, con sus retos de industrialización a costa del proyecto agrario y
conducidos por una nueva clase política gobernante, terminaron por convertir
las expectativas de desarrollo nacional agrario en promesas y dádivas
relacionadas con los procesos electorales, las cuales coadyuvaron a sostener la
estructura política corporativa del partido hegemónico posrevolucionario. La FECSM participó en estos y en muchos otros procesos de
cambio. En la historia reciente, por ejemplo, tiene sentido referir que los
tres estudiantes asesinados y los 43 que fueron desaparecidos la noche del 26
de septiembre de 2014 en la ciudad guerrerense de Iguala, además de estar
matriculados en la Escuela Normal Rural “Isidro Burgos” de Ayotzinapa,
Guerrero, eran militantes de la FECSM. Estos
indignantes acontecimientos, que siguen a la espera de ser esclarecidos, nos
refieren la pertinencia de hacer visible, en el medio académico, trabajos
relacionados con el universo normalista rural que, como se advierte en el
título de este trabajo, tiene muchas áreas de estudio por explorar. En este
artículo dedicaremos espacio para explicar el posicionamiento de los
estudiantes normalistas rurales organizados en la FECSM
en el conflicto internacional de la guerra fría, un tema inédito y de suma importancia
para la compresión de la historia política y social de la segunda mitad del
siglo XX.
LA FECSM, LOS REPRESENTANTES
DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA EN MÉXICO Y EL GOBIERNO DE LÁZARO CÁRDENAS
La FECSM
nació como una iniciativa del magisterio normalista rural que militaba en el
Partido Comunista Mexicano (PCM), que fue lanzada
en vísperas del ascenso de Lázaro Cárdenas a la presidencia de la república,
pero fue ocho meses después de que Cárdenas asumiera el mandato que fue
reconocida como la representante nacional de los estudiantes de las escuelas
que formaban maestros rurales en el medio campesino. Desde julio de 1935 hasta
1969 las autoridades de la SEP darían su
reconocimiento y patrocinio a todas las actividades y demandas que la FECSM solicitó. Sin embargo, la alianza del PCM con el gobierno de Lázaro Cárdenas no fue una
decisión fácil de tomar para ese partido. Esto se puede inferir, inicialmente,
a través del nombre concedido a la iniciativa de organización estudiantil. Aquí
es importante advertir que desde que fue planteada la idea de organizar una
Federación de Estudiantes Campesinos en agosto de 1934, hasta que esta se
concretó en julio de 1935, cuando la Federación realizó su Primer Congreso
Nacional con el respaldo oficial de la SEP y logró
obtener su reconocimiento, dicha organización estudiantil sólo refirió en su
nombre a la clase social que representaba pero no hizo explícito el adjetivo
socialista; es decir, el nombre del proyecto educativo oficial del gobierno
federal, que entonces llevó el nombre de educación socialista. La Federación de
Estudiantes Campesinos añadió el adjetivo socialista a su nombre sólo después
de que el PCM aceptó dar su colaboración al
gobierno de Lázaro Cárdenas, lo cual sucedió hasta febrero de 1936. Al
respecto, es pertinente señalar que antes de febrero de 1936, el PCM se resistía a poner en marcha la nueva política que
la Internacional Comunista había hecho oficial durante su Séptimo Congreso,
realizado en Moscú entre julio y agosto de 1935. De acuerdo con las resoluciones
de este congreso, los partidos comunistas debían aliarse con los gobiernos de
sus respectivos países para crear juntos un movimiento antifascista y antIImperialista
sin miramiento de clase. Las resoluciones de este congreso fueron muy claras en
ese sentido. Por ejemplo, en el caso de México, el PCM
debía aliarse con el Estado y el Partido Nacional Revolucionario (PNR) para crear, con los sindicatos que el líder
socialista mexicano Vicente Lombardo Toledano dirigía y con los que el PCM dirigía, un amplio frente popular antifascista y antiimperialista
en el que cupieran todas las clases sociales. El cambio era drástico, y como le
escribió a Hernán Laborde, un militante del PCM en
octubre de 1935, “aún por mucho tiempo tendremos que batallar para conseguir su
asimilación efectiva por toda la masa del P.”. Y es que la Internacional
Comunista no adjudicó el encargo de dirigir el Frente Popular Antifascista
Mexicano al secretario general del PCM, Hernán
Laborde, sino a Vicente Lombardo Toledano. De hecho, Lombardo Toledano asistió
al Séptimo Congreso de la Internacional Comunista como invitado especial; pero
Hernán Laborde no recibió tal deferencia y sólo asistió como un representante
más de un partido comunista adscrito a la Internacional Comunista (Spenser,
2007, pp. 59-69). Sin embargo, el PCM terminó por
alinearse a la nueva política que la Internacional Comunista demandaba. Dio
muestras claras y contundentes de su adhesión a esa política en el transcurso
de 1936, cuando el presidente Cárdenas ofreció a los trabajadores organizados
una mayor participación en las instituciones y empresas gubernamentales de las
que formaban parte, y cuando patrocinó su unificación económica y política en
la Confederación de Trabajadores de México (CTM),
constituida en febrero de 1936 con Vicente Lombardo Toledano en la Secretaría
General; un proceso de unificación obrera en el que el PCM
tuvo una importante y decisiva colaboración.
A la par de las labores de unificación obrera dirigidas
por los representantes de la Internacional Comunista en México, Lombardo
Toledano y Hernán Laborde, podemos también observar la filiación que los
estudiantes normalistas rurales lograron concretar en el gobierno de Lázaro
Cárdenas con la guía de sus profesores, militantes del Partido Comunista. La
Federación de Estudiantes Campesinos se adhirió oficialmente a la política del
Frente Popular en diciembre de 1936, durante su Segundo Congreso Nacional que
fue realizado en la Escuela Normal Rural de Tenería, Estado de México. A partir
de entonces, las referencias que sobre este congreso se resguardaron en el AHSEP, se refieren a la Federación de Estudiantes
Campesinos con el adjetivo socialista en su nombre. En dicho congreso, desde
entonces, la FECSM se declaró a favor del Frente
Popular Mexicano y manifestó su disposición abierta de apoyar al gobierno del
presidente Cárdenas mientras este mantuviera una línea progresista. Cabe
destacar que, entre las resoluciones de su Segundo Congreso Nacional, la FECSM solicitó como punto especial la creación de una
escuela campesina en la zona de La Laguna y demandó que esta contara con
personal de ideas revolucionarias. Es pertinente advertir que, en esta región
geográfica del país, el PCM desempeñó un papel
decisivo en la organización de los jornaleros agrícolas y en la exigencia del
reparto de las tierras algodoneras, mismo que había sido decretado por el
presidente Cárdenas desde octubre de 1936 (Carr, 1996, pp. 93-113). La FECSM también manifestó abiertamente su apoyo a todas
las reformas impulsadas por el gobierno cardenista y reafirmó su posición como
defensora oficial del proyecto educativo gubernamental. Este reconocimiento de
la FECSM y los derechos concedidos a los
estudiantes a través de ella fueron, sin duda, una conquista estudiantil, pero
también un elemento imprescindible en la política corporativa del gobierno
cardenista debido al contexto de violenta oposición a las reformas educativa,
obrera y agraria que, desde julio de 1935, tras el conflicto con el
expresidente Plutarco Elías Calles, el presidente Cárdenas impulsó de forma
decisiva en alianza con los obreros, los campesinos, el magisterio y con los
estudiantes, quienes también fueron incluidos en la política corporativa del
gobierno cardenista. Esta política convirtió a todos estos sectores sociales en
actores de la política mexicana.
La historiografía ha destacado el sitio cardinal que los
obreros, los campesinos, e incluso el magisterio, ocuparon en la política
corporativa del gobierno cardenista. Sabemos que luego de consolidar su alianza
con los obreros en la CTM, el presidente Cárdenas
requirió de su apoyo para sustituir al Partido Nacional Revolucionario (PNR), que había creado Plutarco Elías Calles en 1929,
por el Partido de la Revolución Mexicana (PRM),
iniciativa que se concretó en marzo de 1938. También sabemos que el presidente
Cárdenas promovió la unificación de los campesinos en una organización aparte
de la CTM y que el 28 de agosto de 1938 asistió a
la ceremonia en la que fue constituida la Confederación Nacional Campesina (CNC), en la que fue nombrado secretario general el
profesor normalista Graciano Sánchez Romo. La CNC proclamó
actuar dentro de un franco espíritu de lucha de clases, pero aceptando su
cooperación con el Estado, lo cual deja entrever la participación destacada que
los representantes de la Internacional Comunista en México tuvieron en la
construcción de la política corporativa del presidente Lázaro Cárdenas,
siguiendo aquellos la línea establecida por la Internacional. Sabemos que en el
comité central del partido creado por Cárdenas estuvieron representados los
campesinos y los obreros, con estos últimos incluidos los maestros, y que,
adicionalmente a las centrales obrera y campesina, fue incorporado el sector
popular a través de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), que fue constituida en 1943 en la administración
de Manuel Ávila Camacho, quien sería el único candidato a la presidencia de la
república del partido creado por Cárdenas. La CNOP
fue constituida bajo el liderazgo del joven abogado Carlos Alberto Madrazo
Becerra, colaborador de Vicente Lombardo Toledano. En ella se unificó a todos
aquellos grupos que no eran admisibles en las confederaciones obrera y
campesina; reunió en su seno a grupos dedicados al comercio, al transporte, al
turismo, vendedores ambulantes, expendedores, vendedores de billetes de lotería
y profesionistas de diversos ramos (Reyna, 2009, p. 36).
Pero, ¿qué pasó con los estudiantes en ese proceso? Al
respecto, debemos decir que los estudiantes de las universidades públicas y de
las escuelas normales, rurales y urbanas que respaldaron la educación
socialista, proyecto educativo que, por cierto, fue defendido por Vicente
Lombardo Toledano frente a la impugnación de Antonio Caso, también se
organizaron en una central. Esta central estudiantil llevó por nombre
Confederación de Jóvenes Mexicanos (CJM) y, a
diferencia de las centrales obrera y campesina, no ocupó un lugar en el comité
central del partido creado por el presidente Cárdenas. Esto no era de extrañar;
la idea arraigada de la obediencia irrestricta de los hijos hacia sus padres se
hizo manifiesta en la cultura política de esa época. En el artículo 17 de su
declaración de principios, el partido creado por el presidente Cárdenas se
comprometió a “trabajar para que al sector juvenil del país se le reconozcan
sus derechos específicos y se esforzará para que la juventud mexicana se
organice y unifique”. Congruente con su promesa,
este partido dio su patrocinio y respaldo para que las juventudes leales a
Cárdenas y a la educación socialista se unificaran en la CJM,
la cual fue reconocida como su sector juvenil (Arriaga, 1962, pp. 62-63). Si
bien la juventud era considerada como un sector que le debía obediencia
absoluta a sus mayores, por considerarse que estos últimos eran los que estaban
naturalmente aptos para conducir los destinos tanto de las familias como del
país, el sistema político mexicano advirtió el potencial político de los
estudiantes y procedió a incluirlos en la política corporativa, mientras estos
acataran, sin cuestionar, el camino sugerido por sus mayores. Sobre la creación
de la CJM, el político prIIsta Agustín Arriaga
Rivera señala que, al crearse el Partido de la
Revolución Mexicana (PRM), es decir, el partido
creado por el presidente Cárdenas, surgió paralelamente, y como su sector
juvenil, una nueva organización, sin duda la más fuerte en la compleja vida de
los movimientos juveniles. Advierte que el PRM, a
través del sector juvenil, realizó una intensa labor de unificación en todos
los estados de la república para llegar a su constitución (Arriaga, 1962, p.
43). En esta importante labor destacó también la participación de Carlos
Alberto Madrazo Becerra, quien se convirtió en el primer presidente que tuvo la
CJM. Madrazo Becerra se había iniciado en política
en su natal Tabasco militando en las juventudes leales a Tomás Garrido Canabal,
que le valieron una beca para estudiar en la ciudad de México. Como estudiante
de la Escuela Nacional Preparatoria se sumó a la defensa de la iniciativa de
reforma al artículo tercero constitucional encabezada por Vicente Lombardo
Toledano en el Primer Congreso de Universitarios Mexicanos, que fue celebrado
en la ciudad de México del 8 al 14 de septiembre de 1933. Madrazo Becerra fue
quien llamó a constituir la Confederación de Estudiantes Socialistas de México
como escisión de la Confederación Nacional de Estudiantes, esta última
constituida con miembros de todas las universidades del país desde 1927, cuyos
dirigentes habían respaldado la impugnación de Antonio Caso a la educación
socialista en el mencionado congreso universitario. Es importante señalar que
la Confederación de Estudiantes Socialistas había estado presente en el Primer
Congreso Nacional que la FECSM celebró en julio de
1935 con el respaldo y patrocinio de las autoridades educativas del gobierno
cardenista.1
La Confederación de Jóvenes Mexicanos (CJM) –también llamada el sector juvenil del Partido de
la Revolución Mexicana (PRM)– fue constituida en
una ceremonia oficial realizada el 15 de abril de 1939 en el Palacio de Bellas
Artes de la ciudad de México, con una asistencia de 5 000 delegados juveniles
de toda la república (Arriaga, 1962, p. 47). Al día siguiente de haberse
constituido, el periódico La Voz de México publicó
una nota que refería los nombres de las organizaciones que se habían reunido en
el Palacio de Bellas Artes para unificarse en la CJM,
entre las que se encontraba la FECSM (Cuevas,
1984, pp. 55-56). El nacimiento de la CJM debe
situarse en el marco de la construcción de la política corporativa del gobierno
cardenista que se erigió en alianza con los representantes de la Internacional Comunista
en México, la cual se fue fraguando oficialmente, desde febrero de 1936, con el
nacimiento de la CTM, pasando por la fundación del
PRM, en marzo de 1938, con la unificación de las
organizaciones campesinas en la CNC, en agosto de
1938, y, finalmente, con la unificación de las organizaciones estudiantiles que
respaldaron la educación socialista, en abril de 1939, en la que los
estudiantes de las Escuelas Normales Rurales, organizados en la FECSM, también fueron incorporados con la guía de sus
maestros que militaban en el Partido Comunista Mexicano (PCM).
Las organizaciones estudiantiles que estuvieron adheridas a la CJM consiguieron, durante décadas, éxitos y fracasos
para el sector estudiantil universitario y normalista que representaron. Éxitos
que dan la impresión de su importancia estratégica para el mantenimiento de la
paz social y política corporativa fraguada desde el cardenismo. La FECSM formó parte de esta política corporativa del
gobierno cardenista al unificarse en la CJM, el
sector juvenil del PRM.
Sin embargo, en el transcurso de las décadas de 1940 y
1950, las instituciones y los pactos políticos corporativos fraguados en el
gobierno cardenista se fueron transformando a la par que también lo hicieron la
clase política gobernante, sus expectativas de desarrollo nacional, así como la
arena política internacional, que había favorecido la unidad a toda costa entre
el socialismo y el capitalismo, en vísperas y durante la segunda guerra
mundial.
LA FECSM Y EL NUEVO RUMBO IDEOLÓGICO DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA
La paulatina pero exitosa
incorporación de la FECSM a la política
corporativa del Estado mexicano fue resultado de las alianzas políticas
internacionales fraguadas entre los representantes de la Internacional
Comunista en México y el gobierno de Lázaro Cárdenas. Esta política se nutrió
de los pactos políticos corporativos con los obreros, los campesinos, el
magisterio y con los estudiantes, mismos que fueron promovidos y encabezados
tanto por el líder socialista Vicente Lombardo Toledano y el partido comunista
que dirigía Hernán Laborde. Estos pactos políticos corporativos, como el que se
estableció con la FECSM al reconocerla, por
ejemplo, como la representante nacional de los estudiantes de las Escuelas
Normales Rurales ante las autoridades de la SEP, constituyeron
la estructura corporativa que después conocimos y con la que el partido
hegemónico revolucionario gobernó este país durante gran parte del siglo XX. Pero la transmisión de esa estructura corporativa
implicó varias y profundas transformaciones. Y es que después del gobierno
cardenista se fue posicionando en la presidencia de la república una clase
política mexicana distinta de aquella que había conducido los destinos del país
entre 1917 y 1940. Distinta porque esta ya no provenía de las filas de los
ejércitos que lucharon a favor de la revolución mexicana, sino de las aulas
universitarias. Con excepción de Ávila Camacho y de Ruiz Cortines, que no
realizaron estudios universitarios, los presidentes Miguel Alemán Valdés,
Adolfo López Mateos, Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo y Gustavo
Díaz Ordaz estudiaron la carrera de abogado en la universidad pública. Salvo
Díaz Ordaz, que lo hizo en el entonces llamado Colegio del Estado de Puebla, el
resto obtuvo el grado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y ninguno realizó posgrados en universidades
estadunidenses como sí lo haría la generación de presidentes mexicanos
posterior a 1982. Es decir, las cosas cambiaron cualitativamente después de que
Lázaro Cárdenas dejó la presidencia de la república.
La UNAM, que había sido el
principal centro opositor al proyecto educativo oficial del gobierno
cardenista, formó a la mayoría de los abogados que ocupó la presidencia de la
república entre 1946 y 1982, así como a buena parte de los burócratas de alto
nivel. A la lista de cambios habría que agregar la cancelación de la educación
socialista en diciembre de 1945, que fue derogada por iniciativa de Jaime
Torres Bodet con el apoyo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación (SNTE), agrupación que se constituyó en
diciembre de 1943 en el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México y que
sustituyó al Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de la República Mexicana
(STERM), adscrito al partido creado por el
expresidente Cárdenas. El abandono de la lucha de clases como discurso oficial
del gobierno implicó un cambio sustancial no sólo en el discurso, sino también
en el sentido y rumbo de las instituciones gubernamentales, al ser marginados
de ellas aquellos que habían sido los principales colaboradores de Cárdenas
durante su mandato y que habían contribuido a edificar el Partido de la
Revolución Mexicana (PRM) y su lema: “Por una
Democracia de los Trabajadores”. En enero de 1946 se realizó la transformación
oficial del PRM al Partido Revolucionario
Institucional (PRI), por lo que ahora su lema
expresaba los retos de la nueva clase política mexicana, la que ahora se
comprometía a lograr la “Democracia y Justicia Social”, dar continuidad al
compromiso revolucionario con las mayorías, continuar la reforma agraria, y
mantener la preeminencia del Estado en la economía. En sus estatutos, el nuevo
partido se definió como una asociación política nacional integrada por obreros
y campesinos organizados, trabajadores independientes, empleados públicos,
cooperativistas, artesanos, estudiantes, profesionales, comerciantes en pequeño
y demás elementos afines en tendencias e intereses, que aceptaran los
principios de la revolución mexicana. Entre sus objetivos, el PRI planteó alcanzar el poder público por la vía
democrática y dentro de la ley, emprendiendo “su actuación pública por medios
pacíficos y con el más estricto apego a las instituciones nacionales, sin
subordinar sus actos a ninguna organización internacional ni depender ni
afiliarse a partidos políticos extranjeros”.
Para entonces, la guerra en Europa había concluido, y
aunque el gobierno mexicano manifestó conducirse mediante una política neutral
y no alineada, los militantes del recién nacido PRI
marginaron a los representantes de la Internacional Comunista en México de la
vida pública gubernamental. Después de todo, y a pesar del discurso del Estado
mexicano que apeló a la neutralidad durante la guerra fría, el país vecino era
Estados Unidos de América y no la Unión Soviética. Sin embargo, la obra
corporativa que los representantes de la Internacional Comunista en México
habían contribuido a edificar, fue conservada por el PRI,
aunque adaptada a los nuevos requerimientos nacionales y a los nuevos retos
internacionales que supuso el fin de la segunda guerra mundial. La nueva clase
política cobijada por el PRI fincó sus
expectativas de desarrollo nacional en las ciudades y en la posibilidad de
hacer de México un país industrial. Estos nuevos horizontes posicionaron al
espacio urbano y a la industria en el centro de desarrollo nacional, por lo
que, aquella política educativa que había creado una escuela especialmente
dirigida a formar maestros campesinos, fue sustituida por una nueva política
educativa oficial, la cual orientó los programas de estudio hacia la formación
de obreros calificados que el desarrollo industrial del país exigía. A partir
de entonces, ya no se requirió de escuelas que formaran maestros campesinos,
sino de maestros que respondieran a esas nuevas expectativas de desarrollo.
Con la derogación constitucional de la educación
socialista, la creación de un nuevo partido de la revolución mexicana y las
nuevas expectativas de desarrollo nacional, la Federación de Estudiantes
Campesinos Socialistas de México tuvo necesariamente que adaptarse a una nueva
realidad institucional en la cual, de acuerdo con los estatutos del PRI, los estudiantes también fueron incluidos. En este
sentido, la FECSM recibió un trato que le confirmó
su lugar en la nueva realidad institucional. Por ejemplo, se le continuó
reconociendo personalidad jurídica para asumir sus actividades de
representación estudiantil, confiriéndole obligaciones, pero también derechos
que le garantizaron el respaldo de todas sus actividades y demandas ante la SEP. También conservó su estatus de representante
oficial de una comunidad escolar muy cercana a las comunidades campesinas;
comunidades rurales a las que se les reconocieron derechos agrarios mediante su
unificación en la Confederación Nacional Campesina. Durante décadas, estas comunidades
campesinas se erigieron como la base política corporativa del PRI en el medio rural. Los estudiantes de las Escuelas
Normales Rurales tenían lazos familiares con esas comunidades y, por lo tanto,
eran solidarias con sus problemas; en muchos casos, los egresados de las
Escuelas Normales Rurales llegaron a convertirse en funcionarios estatales o
municipales, pero también fueron sus asesores e intermediarios, situación que
impidió, durante muchos años, que problemas pequeños como, por ejemplo, la solicitud
de pavimentación de una calle, llegaran a convertirse en grandes problemas;
según me contó un exdirigente de la FECSM.2 Además, en esta nueva
realidad institucional estaban incluidos sus maestros, que eran parte del
numeroso magisterio normalista que se había unificado en el SNTE, sindicato en el que pasaban a formar parte todos
los egresados de las Escuelas Normales de manera automática, el que había
respaldado la cancelación de la educación socialista y la fundación del PRI, situación que lo convirtió en un aliado político
estratégico de este partido durante varias décadas del siglo XX.
Para adaptarse a la nueva realidad institucional, la FECSM emprendió una reforma a sus estatutos, los cuales
constituyen una fuente sumamente ilustrativa de la respuesta que la
organización estudiantil mostró ante las realidades políticas nacional e
internacional, ya que le supuso nuevas alianzas y retos que le exigieron
replantearse ideológicamente. Como respuesta a estos cambios, la FECSM ratificó una reforma a sus estatutos en su Décimo
Primer Congreso Nacional, que fue realizado del 12 al 18 de septiembre de 1950
en la Escuela Normal Rural de Palmira, Morelos. Para los propósitos de este
artículo sólo es necesario mencionar que, en los estatutos reformados, “que
habrán de regir a todas las Sociedades de Estudiantes de las Escuelas Normales
Rurales del país”, no hay una sola mención al socialismo. Para entonces, la FECSM justifica su existencia como representante y
organismo autorizado para resolver los problemas no sólo de los estudiantes
normalistas rurales que en ella militan, sino también de las instituciones
donde “nos educamos”, y afirma que su “fin supremo” será defender “una
educación democrática apegada a los principios de la revolución mexicana […] y
sin ninguna discriminación para la juventud campesina”.3
Es decir, su discurso está abiertamente apegado al nuevo discurso institucional
de la revolución mexicana hecha gobierno. A pesar de la derogación
constitucional de la educación socialista, la organización estudiantil conservó
el adjetivo socialista en su nombre porque, como me contó en una entrevista el
maestro Pedro Chávez Sánchez, exdirigente de la FECSM,
y actualmente profesor de la Escuela Normal Indígena de Cherán, Michoacán: “el
socialismo no se negocia”.4
A pesar de que el materialismo histórico dejó de ser la orientación educativa
oficial en México desde diciembre de 1945, los estudiantes que han dirigido a
la FECSM han conservado aquella ideología como
fundamento de su organización y considerado al socialismo como una alternativa
para la humanidad, rechazando el capitalismo que los excluye, lo cual, sin
embargo, no se lee explícitamente en el cuerpo de sus estatutos oficiales de
los años cincuenta; de lo que se desprende que la FECSM
no ha sido la misma en su larga vida. De acuerdo con las declaraciones de
algunos dirigentes de la FECSM del siglo XXI, se sabe que en las Escuelas Normales Rurales la
organización estudiantil ha mantenido el materialismo histórico como programa
de estudios alternativo al oficial y como su aparato de cohesión y reproducción
ideológica. Esto mismo me lo confirmó el estudiante de la Escuela Normal Rural
de Ayotzinapa, Guerrero, “Aquilino”, en su calidad de secretario de relaciones
exteriores del Comité Ejecutivo Nacional de la FECSM
(periodo 2011-2012) quien, para este momento, debería ser egresado de aquella
Normal Rural.5 Además de cursar sus
materias establecidas en el programa educativo oficial para formarse como
maestros normalistas, los dirigentes estudiantiles han destinado un tiempo del
día para estudiar el materialismo histórico, discurso que le ha dado unidad e
identidad a la comunidad estudiantil formada en las Escuelas Normales Rurales,
que conservan aún el sistema de internado y que reconocen la autoridad de la FECSM (FECSM, 2011-2012).
En suma, la FECSM se
constituyó por iniciativa del magisterio que militaba en el PCM, y su afiliación al PRM,
a través de la CJM, fue una consecuencia de la
alianza de ese partido con el gobierno cardenista en el marco de la política
del Frente Popular Antifascista Mexicano que promovió la Internacional
Comunista y que el PCM secundó en México, en
alianza con el socialista mexicano Vicente Lombardo Toledano. Es importante
mencionar que, desde que la CJM inició
actividades, su dirección quedó en manos de la corriente política que dirigía
Lombardo Toledano, muestra de ello fue que su primer presidente fue Carlos
Alberto Madrazo Becerra, estrecho colaborador de Lombardo. El PCM mantuvo su colaboración en la unidad fraguada en la CJM desde la creación de esta última, en 1939, hasta los
albores de los años sesenta, lo que le permitió a la FECSM
mantener su estatus de representante oficial de los estudiantes de las Escuelas
Normales Rurales ante las autoridades de la SEP de
los gobiernos de Miguel Alemán Valdés, Adolfo Ruíz Cortines, Adolfo López
Mateos y Gustavo Díaz Ordaz, hasta el año de 1969.
EL LUGAR DE LA FECSM EN EL CONTEXTO POLÍTICO INTERNACIONAL DE LA GUERRA FRÍA
Cuando los respectivos gobiernos
de Estados Unidos de América y de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
(URRS) protagonizaban un peculiar conflicto internacional –que el periodista
estadunidense Walter Lippmann denominó cold war–
hacía poco más de una década que la FECSM se había
constituido. Para entonces, ya colaboraba con el régimen posrevolucionario a
través de su militancia en la CJM, la central
estudiantil que, como la obrera y la campesina, creadas durante el gobierno
cardenista, fue reconocida por el Partido Revolucionario Institucional para
escuchar y respaldar las demandas de su gremio. La adaptación de la FECSM a esas nuevas realidades políticas nos permite
advertir la complejidad de las alianzas que el Estado posrevolucionario mantuvo
vigentes y cómo estas funcionaron.
En la CJM confluían las
distintas corrientes de la izquierda mexicana de la época, pero la que tenía el
control de la central estudiantil era la corriente encabezada por Vicente
Lombardo Toledano. Para entonces, este último se encontraba marginado de la
vida pública gubernamental, pero con el suficiente poder persuasivo para
mantenerse vigente en la oposición al PRI y para
fundar, en 1948, el Partido Popular. Además, Lombardo Toledano había logrado
posicionarse como una figura emblemática de la izquierda latinoamericana. Por
designación de la Internacional Comunista era, desde 1938, secretario general
de la Confederación de Trabajadores de América Latina (CTAL)
y llegó a ser vicepresidente de la Federación Sindical Mundial, que fue
constituida en octubre de 1945. La CTAL, organismo
que logró unificar a las centrales y organizaciones obreras de América Latina,
había sido creada cuando Lombardo Toledano se desempeñaba como secretario
general de la Confederación de Trabajadores de México en el gobierno de Lázaro
Cárdenas. A pesar de su marginación de la vida gubernamental mexicana, logró
mantener su estatus de secretario general de la CTAL
desde su creación hasta su disolución en 1963. Abiertamente alineado a la
alternativa que la Unión Soviética ofrecía al mundo, Lombardo Toledano se
erigió como una figura respetada y admirada, no sólo en los círculos políticos
de la izquierda sindicalista latinoamericana, sino también entre los dirigentes
de las organizaciones estudiantiles mexicanas que estaban unificadas en la CJM, las cuales reconocieron y enunciaron en sus
estatutos el respeto que les merecía su movimiento político. Por ejemplo, en
los estatutos del organismo estudiantil de las Escuelas Normales Rurales se
establecía que, además de desempeñar tareas de reclutamiento a favor de la CJM, “la central máxima nuestra”, se atribuía a la
Secretaría de Acción Obrera y Campesina la encomienda de “ayudar a los obreros
y a los campesinos a resolver sus problemas”, brindándoles orientación para que
estos presentaran, por medio de la CJM, a “las
organizaciones representativas de la clase trabajadora de México y de la
América Latina”, las cuales eran “la Unión General de Obreros y Campesinos de
México (UGOCM) y la Confederación de Trabajadores
de América Latina (CTAL)”;6
ambas bajo el liderazgo de Vicente Lombardo Toledano. Además de la Secretaría
de Acción Obrera y Campesina, el Comité Ejecutivo Nacional de la FECSM funcionaba con una Secretaría General, Secretaría
de Actas y Acuerdos, Secretaría de Finanzas, Secretaría de Organización,
Secretaría de Prensa y Propaganda, Secretaría de Conflictos, Secretaría de
Acción Femenil, Secretaría de Acción Juvenil, Secretaría de Relaciones con ex
Alumnos, Secretaría de Asuntos Indígenas y la Secretaría de Acción Sindical y
Política.7 Es importante mencionar que
cada Escuela Normal Rural representada en la FECSM
contaba con un comité ejecutivo con esa misma estructura y, por lo menos, un
representante de ese comité local era incluido en el Comité Ejecutivo Nacional,
con el afán de que todas las escuelas del sistema estuvieran representadas en
dicha federación estudiantil. La FECSM organizaba
congresos nacionales de manera periódica para renovar a su dirigencia, a los
cuales asistían funcionarios de los tres niveles de gobierno –presidentes
municipales, gobernadores, diputados y funcionarios de la SEP– para inaugurarlos,lo que expresa parte del
funcionamiento del pacto político corporativo que existía entre dicha
organización estudiantil y el Estado mexicano posrevolucionario (López
Macedonio, 2016).
Si bien en gran medida el protocolo con el que venían
funcionando las alianzas políticas corporativas fraguadas en el gobierno
cardenista continuaron siendo reproducidas en la era de los gobiernos del PRI, parte de su discurso y de sus metas tuvieron que
ser replanteadas en sintonía con el desenlace de la segunda guerra mundial, que
implicó el triunfo de los países aliados sobre las potencias del eje.
El discurso que la FECSM
utilizó en su declaración de principios en el periodo de la posguerra refiere
explícitamente su posición política e ideológica en el conflicto internacional
de la guerra fría. Con alusiones al discurso oficial de la Internacional
Comunista de la década de 1930, la FECSM señala
que: “con los demás sectores revolucionarios y progresistas de México” luchará
“por la total liquidación de las fuerzas que intentan regresar a México a
tiempos obscurantistas” y refiere que estas son “el Partido Acción Nacional, el
Sinarquismo con su careta de Fuerza Popular y los Dorados”, a los cuales
identifica como los satélites del fascismo en México. También sitúa, entre sus
“enemigos de ultramar”, al imperialismo internacional, el Plan Truman, el Plan
Clayton y el Plan Marshall “que tratan de retardar y malograr el progreso
Nacional e internacional”, así como “aniquilar la sabia robusta de la juventud”
mexicana y del mundo “que pugna por su liberación”.8
Es importante advertir que esta Federación reconoció sólo un imperialismo
internacional: el estadunidense, y al hacerlo se posicionó ideológicamente al
lado del movimiento por la paz “anticapitalista”, que abanderaron
organizaciones internacionales vinculadas al bloque soviético como la
Federación Mundial de la Juventud Democrática (FMJD)
y la Unión Internacional de Estudiantes (uie), de
las que la FECSM fue miembro fundador a través de
su militancia en la CJM. Sobre su militancia
política internacional, la FECSM aludió lo
siguiente: “los objetivos que movilizaron a los pueblos y a la juventud de
todos los países democráticos en la segunda guerra mundial fueron los de lograr
una Paz para todos los pueblos de la tierra” y, en ese sentido, “la juventud
estudiosa del campo luchará por la realización de los anhelos de paz, justicia
y de libertad”. La FECSM se define abiertamente
antIImperialista y señala que “combatirá a los enemigos de la Independencia
Nacional y del progreso de nuestra Patria Mexicana”.9
Entre sus finalidades, menciona que luchará “por la proscripción de todas las
armas de exterminio” como la bomba atómica, y que se opondrá a toda agresión
hacia “los países débiles”. Luchará a favor de la democracia, la paz mundial,
la libertad y el progreso, al lado de la CJM, FMJD y la UIE, a las cuales
entregó periódicamente una cuota de representación sindical.10 La Secretaría de Finanzas
de la FECSM era la encargada de hacer cumplir esa
y otras aportaciones sindicales de sus agremiados.11
La Federación Mundial de la Juventud Democrática fue
constituida el 10 de noviembre de 1945 en Londres, como resolución de la
Conferencia Mundial Juvenil, la cual había sido convocada inicialmente por las
juventudes de los países aliados y había agrupado a representantes
estudiantiles de diferentes tendencias políticas y religiosas, procedentes de
63 países. Desde entonces, este organismo internacional se comprometió a
unificar a la juventud para trabajar a favor de la paz, la libertad, la
democracia, la independencia y la igualdad en cualquier lugar del mundo. Sin
embargo, casi enseguida de su constitución, las organizaciones de los países
capitalistas se retiraron de su seno, arguyendo su asociación con partidos
comunistas y socialistas alineados a la Unión Soviética. La UIE fue constituida el 27 de agosto de 1946, en Praga,
Checoslovaquia, como un movimiento juvenil antifascista y como resolución del
Congreso Mundial de Estudiantes. La FMDJ y la UIE fueron, a su vez, miembros del Consejo Mundial de la
Paz; organismo que fue constituido en 1949 con el objetivo explícito de
promover la coexistencia pacífica y el desarme nuclear. El Consejo Mundial de
la Paz promovió, a través de sus agremiados en todo el mundo, la proliferación
de movimientos pacifistas y manifestaciones de protesta en contra del
imperialismo estadunidense, y se avocó a crear empatías hacia la Unión
Soviética y una actitud crítica hacia la política imperialista de Estados
Unidos. Sólo tras la caída de la Unión Soviética se supo contundentemente que
el Consejo Mundial de la Paz había sido creado y financiado por el Estado
soviético (World Peace Council (1989). Estas organizaciones internacionales,
que fueron creadas después de la segunda guerra mundial, promovieron por el
mundo la coexistencia pacífica a través de congresos y otras actividades de
vinculación internacional, donde también abonaron a la idea de que el planeta
Tierra podría ser algún día la patria del comunismo y/o socialismo.
La FMJD y la UIE organizaron desde 1947 el Festival Mundial de la
Juventud Democrática y los Estudiantes. Durante la guerra fría, las ediciones
de este Festival se celebraron en Estados socialistas, con excepción de las
realizadas en Austria, en 1959, y en Finlandia, en 1962 –ambos neutrales–; la
edición más concurrida fue la realizada en Moscú en 1957. Tras la caída del
bloque del Este, la FMJD sufrió un duro golpe que
le impidió conmemorar el Festival hasta 1997, cuando logró realizarse en La
Habana, Cuba. 12 Desde entonces, estos se
han realizado con cierta regularidad: en 2001 fue en Argel, Argelia; en 2005 en
Caracas, Venezuela; en 2010 en Tshwane, Sudáfrica; en 2013 fue en Quito,
Ecuador, y en 2017 en Sochi, Rusia.
Mientras destacadas figuras políticas e intelectuales
mexicanas como Jaime Torres Bodet, que dirigió la UNESCO,
con sus metas de justicia social realizables en el capitalismo, en el Consejo
Mundial de la Paz militaron las figuras más emblemáticas del nacionalismo
revolucionario. Por ejemplo, Heriberto Jara llegó a ser presidente del Comité
Mexicano de la Paz, mientras que el expresidente Lázaro Cárdenas recibió el
Premio Stalin de la Paz en 1955, un galardón que en el mundo de los países
comunistas pretendía ser el equivalente al Premio Nobel de la Paz. El Premio
Stalin de la Paz fue concedido a individuos que, a criterio del Consejo,
“hubieran contribuido a la causa de la paz entre los pueblos”.13 Es pertinente añadir que
esas destacadas figuras del Partido de la Revolución Mexicana habían encontrado
cabida en el PRI; otros, como Vicente Lombardo
Toledano y los militantes del Partido Comunista Mexicano, no cupieron
formalmente en ese instituto político. Tras su marginación de la estructura
corporativa heredada del PRM al PRI, algunos de los colaboradores del cardenismo se
movieron a la oposición política y crearon sus propias instituciones políticas.
Un ejemplo emblemático fue Vicente Lombardo Toledano
quien, tras su marginación y posterior expulsión de la dirección de la CTM, creó el Partido Popular, mostrando de esta manera
la determinación de mantener su lucha por el socialismo en México. Por su
parte, los comunistas mexicanos, como resultado de las divisiones y las
expulsiones al interior de su partido, emprendieron la creación de nuevas
agrupaciones políticas, coadyuvando de esta manera a conformar el complejo
mosaico de la denominada izquierda política mexicana. Sin embargo, considero
pertinente advertir que, a pesar de las divisiones y subdivisiones que estos y
otros aliados del cardenismo experimentaron después de que fue transformado el PRM, su herencia anticlerical, sus apelaciones al
socialismo, al comunismo, a la democracia, al nacionalismo –con su postura
abiertamente en contra del imperialismo estadunidense–, les permitió definirse
más o menos en el mismo bando, tener cierto grado de intercambio y coordinación
en algunas actividades debido a su vínculo con organizaciones políticas
internacionales alineadas al bloque soviético. Así lo ejemplifica la confluencia
de su participación en las diversas actividades de la Federación Mundial de la
Juventud Democrática o en las actividades anuales programadas por la UIE. Por ejemplo, esta última programó, en 1954, la
Fiesta de los Estudiantes y la Juventud de América Central e Islas del Caribe,
que tendría por sede la ciudad de Guatemala a finales de 1954.14 En el cartel difundido en
México por la CJM, a la que estaba afiliada la FECSM, se muestra el protagonismo de la central
estudiantil en las actividades encaminadas a convocar y a organizar la
conformación de la delegación mexicana que asistiría a dicha Fiesta;15 sin embargo, esta no pudo
realizarse debido al golpe de Estado que se ejecutó en contra del gobierno de
Juan Jacobo Arbenz. Es oportuno mencionar que estos estudiantes mexicanos, antIImperialistas
y amigos de la paz, que militaban en las juventudes comunistas del Partido
Popular, del Partido Obrero Campesino Mexicano (POCM)
de Valentín Campa, organizaron marchas, mítines, y otros actos simbólicos en
los que expresaron sus posturas políticas e ideológicas en temas de orden
internacional. Por ejemplo, tras el golpe de Estado al gobierno guatemalteco
estuvieron muy activos, como también lo estuvieron los hijos del expresidente
Cárdenas y de Francisco J. Mújica: Cuauhtémoc y Janitzio. Con marchas, mítines,
publicaciones, protestas ante la embajada estadunidense en México, y otros
actos simbólicos como portar un listón azul (color de la bandera guatemalteca),
manifestaron su rechazo a la injerencia del gobierno estadunidense en ese país
centroamericano. Sin embargo, y como puede apreciarse en la documentación
consultada, estas expresiones políticas se apagaron con la renuncia oficial de
Arbenz el 27 de junio de 1954.16
Algunos informes contribuyen a recuperar del olvido la actividad de los
estudiantes mexicanos en esta coyuntura política. Por ejemplo, en un informe se
señala que las Juventudes Socialistas del POCM
acordaron efectuar un mitin con los estudiantes normalistas y politécnicos para
respaldar los actos simbólicos de apoyo a Guatemala en la UNAM. De acuerdo con las descripciones de un informe de
la Dirección Federal de Seguridad (DFS), el mitin
fue encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas y Janitzio Mújica; y como un acto
simbólico de solidaridad entre Guatemala y México, el embajador guatemalteco
entregó la bandera de su país a Cuauhtémoc y este hizo lo mismo con la bandera
de México, para después izarlas en el patio de rectoría.17 Los informes de la DFS refieren algunas otras experiencias estudiantiles
mexicanas involucradas en el conflicto internacional de la guerra fría. Por
ejemplo, el episodio protagonizado por estudiantes del politécnico y de las
escuelas normales vinculadas a la Confederación de Jóvenes Mexicanos, que
exigieron, afuera de la Lotería Nacional, el perdón para los esposos Ethel y
Julius Rosemberg, acusados de espionaje por el gobierno estadunidense y
condenados a morir en la silla eléctrica, lo que finalmente ocurrió el 19 de
junio de 1953, siendo la primera ejecución por espionaje realizada en Estados
Unidos.18 La CJM
convocaba a sus miembros –entre ellos los estudiantes organizados en la FECSM– a celebrar el 14 de abril, el día de la
solidaridad con los jóvenes que dentro y fuera de España luchan en contra de la
dictadura de Francisco Franco. La CJM, con el
respaldo de las organizaciones estudiantiles que en ella militaban, también
enviaba telegramas al gobierno mexicano solicitándole no entablara relaciones
de ningún tipo con el gobierno franquista.19
Las organizaciones estudiantiles que militaron en la CJM,
entre ellas la FECSM, tuvieron una participación
activa en los asuntos de orden internacional debido a su militancia en la
Federación Mundial de la Juventud Democrática y la Unión Internacional de
Estudiantes. En uno de los folletos de difusión que dichas organizaciones
emitieron y que la DFS adjuntó a uno de los
informes sobre la CJM, se menciona que las
actividades de esos organismos internacionales tenían como propósito “facilitar
las reuniones entre los estudiantes de diversas naciones y opiniones, a fin de
que se conozcan mejor unos a otros y aprendan a respetar los ideales
democráticos de los demás, buscando ante todo los intereses y los objetivos que
le son comunes”.20 Mediante diversas
actividades académicas, artísticas, recreativas y deportivas como campamentos
estudiantiles de verano, juegos mundiales universitarios de verano, el Torneo
Internacional Estudiantil de Ajedrez, Reunión de Expertos de la Salud, apoyo
para publicaciones o para realizar las fiestas de los estudiantes y la
juventud, el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, facilitaba la
confluencia de jóvenes de diferentes tendencias políticas y religiosas para
orientarlos hacia la cooperación internacional y a favor de la paz, la
libertad, la democracia, la independencia y la igualdad, lo cual necesariamente
implicaba una consciente y persistente lucha contra el macartismo e
imperialismo estadunidense. Un estudio sobre el impacto de este tipo de
organizaciones internacionales, que centraron su atención en los jóvenes escolarizados
de América, África, Asia y Europa, resultaría muy importante para ilustrar la
formación política e ideológica de una generación de jóvenes que se movió en
los ámbitos de la política, las letras, la danza, la arquitectura, la medicina,
y demás ámbitos culturales, con una visión pro soviética y a favor de las
democracias populares del mundo comunista. Por ejemplo, Lionel Soto Prieto,
quien a los 27 años formó parte del Comité Ejecutivo de la UIE en 1954, 21
tras la revolución cubana participó activamente en el gobierno revolucionario y
ocuparía, entre otros cargos, la embajada de Cuba en la Unión Soviética (Cantón
y Duarte, 2006). En 1953, la CJM y las
organizaciones estudiantiles que en ella militaban, entre ellas la FECSM, promovieron la asistencia al IV Festival Mundial
de la Juventud Democrática y los Estudiantes, que fue celebrado en Bucarest,
Rumanía, y al que asistió una numerosa delegación mexicana. Como venía
ocurriendo, la FECSM envió como su representante a
su secretario general, quien para entonces era el estudiante normalista Vicente
Oria Razo.22 La delegación mexicana que
asistió a este Festival fue presidida por Guillermo Arriaga Fernández,
“danzante del INBA, antiimperialista y amigo de la
Paz”, y por el vicepresidente de la misma, Amado Tame, del Partido Popular.23 Es oportuno mencionar que
fue en dicho festival donde Guillermo Arriaga Fernández presentó por primera
vez en el extranjero su obra Zapata, que lo
posicionaría como el coreógrafo más representativo del nacionalismo mexicano en
la danza.24 En un informe de la DFS sobre este asunto, se menciona que el pintor Diego
Rivera asistiría personalmente y que enviaría por su cuenta a un grupo de diez
danzantes indígenas; también que “el comité nacional pro Festival” acordó
reunir fondos para financiar su viaje, solicitando ayuda económica “a todas las
personalidades tanto sociales como particulares”. Sin embargo, “en contra de la
opinión de muchos de ellos, la Juventud Comunista pidió que no se solicitara
ayuda al gobierno y concretamente al presidente de la república”. El informe
también refiere que el comité nacional pro Festival estableció puntualmente los
asuntos que le interesaba tratar con el secretario general de la Federación
Mundial de la Juventud Democrática. Al respecto, se menciona que propondrían la
creación de un plan de acción latinoamericana para “contrarrestar las mentiras
propagadas por el imperialismo estadunidense y su gobierno, que hacen de
nuestro pueblo y de nuestra juventud lo que quieren”; hablarían acerca de “la
necesidad de ayudar y estimular al movimiento juvenil de México” para que se le
otorgara la oportunidad de “participar de cerca y con responsabilidad en los
trabajos de dirección de la FMJD, ya que pensamos
y creemos que a pesar de los errores y debilidades, el movimiento juvenil
mexicano puede servir grandemente a un trabajo de la FMJD
en todos los países de América Latina”.25
Entre los integrantes de la delegación mexicana que asistieron al IV Festival
de la Juventud Mundial y los Estudiantes tuvieron predominancia los dirigentes
de la CJM y las organizaciones que en ella
militaban, los cuales estaban principalmente vinculados a dos partidos
políticos: la Juventud del Partido Popular y de la Juventud del Partido
Comunista Mexicano. Sin embargo, es importante señalar que, durante los años cincuenta,
la vida de la CJM y de las organizaciones
estudiantiles que en ella militaban, estuvieron estrechamente vinculadas a la
vida del Partido Popular. No debemos perder de vista que el secretario general
del Comité Mexicano pro Festival fue Samuel Ruiz Mora, presidente de la CJM y muy cercano al Partido Popular. De acuerdo con la
documentación consultada sobre este asunto, la CJM,
que dirigía Ruiz Mora, fue la encargada de convocar y encabezar la reunión en
la que fue elegida la delegación mexicana que asistió al IV Festival de la
Juventud Mundial y los Estudiantes. Es oportuno mencionar que en el archivo de
la DFS existen informes que llevan por título: “se
informa en relación con las actividades de los comunistas”. Este tipo de
informes refieren, por ejemplo, las actividades políticas de Vicente Lombardo
Toledano y de Heriberto Jara, este último como presidente del Comité Mexicano
Pro Paz. En este tipo de informes se agregan las actividades realizadas por
Valentín Campa y su Partido Obrero Campesino Mexicano, las de su periódico Noviembre, así como el
surgimiento de las Juventudes Socialistas Mexicanas, que encabezó Valentina
Campa y que, a decir de Valentín, sería un grupo de refuerzo del POCM, “que se integraría con jóvenes de todas las
actividades y clases sociales que laboran en pro del socialismo”.26 Refiero lo anterior porque
en este tipo de informes, en los que también se aluden las actividades de los
militantes del PCM, la DFS
incluyó los movimientos de la CJM y de la FECSM, lo cual es un registro de la confluencia e
interacción que existió entre este amplio espectro político de la izquierda
mexicana durante la guerra fría.
En el archivo de la DFS
existen otras referencias que ilustran la participación de la FECSM en las actividades convocadas por las
organizaciones internacionales antiimperialistas que he venido refiriendo. Por
ejemplo, de la participación mexicana en la edición del VIII Festival Mundial
de la Juventud y los Estudiantes por la Paz y la Amistad, que tuvo lugar en
Helsinki, Finlandia, entre el 28 de julio y el 6 de agosto de 1962. La FECSM participó en las actividades para constituir la
delegación mexicana que asistiría a dicho encuentro internacional y, como se
procedía en estos asuntos, el secretario general de la FECSM,
que era entonces el estudiante de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa,
Guerrero, Lucio Cabañas Barrientos, formó parte del comité nacional encargado
de conformar la delegación que asistiría a ese festival.27 Como hemos venido
señalando, a través de su militancia en la CJM, la
FECSM participó en los festivales que organizaron
de manera conjunta la Federación Mundial de la Juventud Democrática y la Unión
Internacional de Estudiantes desde 1947. Y lo que venía sucediendo desde
entonces era que la CJM y las organizaciones
estudiantiles que en ella militaban, participaban en la conformación de la
delegación estudiantil que asistía a dichas reuniones representando a México.
En el caso de la FECSM, su secretario general automáticamente
formaba parte de la delegación que asistía a este tipo de reuniones
internacionales, que eran realizadas cada dos años. Así que es muy probable que
Lucio Cabañas Barrientos haya asistido al VIII Festival Mundial de la Juventud
por la Paz y la Amistad que tuvo lugar en Helsinki, Finlandia. Entre las
anécdotas representativas de este festival puede enunciarse que el encargado de
enunciar las palabras de despedida a los jóvenes que ahí se congregaron fue
Fidel Castro y que el artista español Pablo Picasso obsequió la acuarela Baile de la Juventud para que fuera el emblema de dicho
festival. A propósito de la acuarela, L. Grozman, exdirector de la Juventud
Comunista Francesa señaló: “el dibujo con lápiz de acuarela de Picasso fue dado
a nosotros por nuestro amigo para el octavo Festival Mundial de la Juventud”.28 Desde 1947, los
preparativos para asistir a este tipo de encuentros internacionales de la
juventud escolarizada del planeta fue un acontecimiento que congregó, en un
mismo sitio y hacia una misma meta, a los estudiantes normalistas y
universitarios mexicanos que militaban en las Juventudes del Partido Popular y
del Partido Comunista Mexicano, los cuales se reunían para constituir, de
manera unánime, a la delegación que representaría a México en ese tipo de
congresos internacionales. Los valores democráticos, antiimperialistas,
anticlericales y socialistas que compartían la FECSM
y otras agrupaciones estudiantiles vinculadas al PPS
y al PCM favorecieron este tipo de confluencias de
manera armónica hasta los albores de los años sesenta.
CONCLUSIONES
El presente artículo sugiere
nuevos actores y aproximaciones para el estudio de la guerra fría. Advierte
sobre la importancia de comenzar a preguntarnos sobre cómo se vivió ese
conflicto internacional en los entornos escolares del sistema normalista rural.
Por las referencias documentales aquí expuestas sabemos que la organización
estudiantil que representó a esta comunidad escolar durante la guerra fría estuvo
vinculada a organismos internacionales abiertamente alineados al bando
soviético, a los que entregó una cuota de representación sindical. Debemos
también advertir que se trata de una comunidad escolar integrada por
adolescentes y jóvenes de escasos recursos que tuvieron una participación al
menos nominal en los foros internacionales de la esfera soviética, a los que
periódicamente asistieron mediante su militancia en la Confederación de Jóvenes
Mexicanos.
La Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de
México nació como una iniciativa de organización estudiantil alentada por el
magisterio normalista rural que militaba en el Partido Comunista Mexicano. y
fue reconocida por las autoridades educativas del gobierno de Lázaro Cárdenas
como la representante nacional de los estudiantes de las Escuelas Normales
Rurales en julio de 1935, cuando la Secretaría de Educación Pública formalizó
esta relación al respaldar y patrocinar su Primer Congreso Nacional; protocolo
que se mantendría vigente hasta finalizar la década de 1960. En el marco de las
alianzas fraguadas entre el gobierno de Lázaro Cárdenas y los representantes de
la Internacional Comunista en México, la FECSM se
incorporó al andamiaje corporativo que el presidente Cárdenas congregó en el
Partido de la Revolución Mexicana, al unificarse, en 1939, en la Confederación
de Jóvenes Mexicanos, que nació reconocida como el sector juvenil de ese
partido y en el que estuvieron agremiadas las organizaciones estudiantiles que
respaldaron el proyecto educativo socialista. Si bien en la unificación de la CJM –que unificó a la FECSM,
así como a algunas organizaciones estudiantiles universitarias– participaron
los comunistas, razón por la cual la FECSM se
adhirió a ella, quedó bajo la dirección del líder sindicalista Vicente Lombardo
Toledano quien, para entonces, además de secretario general de la Confederación
de Trabajadores de México era, por encargo de la Internacional Comunista, el
secretario general de la Confederación de Trabajadores de América Latina. Por consiguiente,
no era de extrañar que, una vez que estalló el conflicto internacional de la
guerra fría, la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México
tomara partido en el conflicto bipolar al lado de la Unión Soviética.
Para la Unión Soviética, promover la unidad de la
juventud del planeta en una idea favorable hacia su gobierno, le abría la
posibilidad de que algún día esos jóvenes consiguieran ocupar puestos de
importancia en la dirección de sus países y gobernaran con una visión pro soviética.
Aquí se advierte un amplio tema de investigación que sería importante emprender
para conocer lo que pasó con estos jóvenes que militaron en organizaciones
estudiantiles, que asistieron y se involucraron en los congresos
internacionales convocados por organismos internacionales que se movieron en el
bando de influencia de la Unión Soviética. En lo que respecta a México y al
caso que nos ocupa, los representantes de las organizaciones estudiantiles que
participaron en los foros internacionales pro soviéticos no llegaron a ocupar
cargos de importancia, como, por ejemplo, la presidencia de la república.
Durante la guerra fría se posicionó en México una clase política formada en las
aulas universitarias, principalmente de la UNAM,
la cual, por cierto, en la década de 1930 había sido férrea opositora a la
educación socialista. Entre 1945 y hasta 1982, la presidencia de México fue
principalmente ocupada por abogados sin estudios de posgrado en el extranjero.
En México, ningún egresado de las Escuelas Normales Rurales ocupó la
presidencia de la república, aunque en las elecciones de 1964 hubo un intento.
Sin embargo, las Escuelas Normales Rurales sí formaron a una clase política; de
sus aulas egresaron maestros normalistas que llegaron a convertirse en líderes sindicales
del SNTE y los que promovieron su escisión,
presidentes municipales, diputados y hasta gobernadores. De sus aulas también
egresaron disidentes del Estado corporativo que encabezaron movimientos
armados, como también los hubo de las aulas universitarias públicas y privadas.
En los tiempos de la guerra fría, es decir, en los
tiempos en el que existieron dos opciones para conducir los destinos de la
humanidad: el socialismo o el capitalismo, el PRI
se comprometió a trabajar por la “democracia y la justicia social”. Entonces
conservaron las alianzas políticas corporativas con los obreros, los campesinos
y los estudiantes, que habían sido creadas por el gobierno cardenista y los
representantes de la Internacional Comunista en México: la Confederación de Trabajadores
de México, la Confederación Nacional Campesina y la Confederación de Jóvenes
Mexicanos. A través de su militancia en la CJM, la
FECSM formó parte de la estructura corporativa con
la que los gobiernos del PRI gobernaron este país
durante varias décadas del siglo XX. Pero también,
a través de su militancia en dicha central estudiantil, los dirigentes
estudiantiles de las Escuelas Normales Rurales participaron en los congresos
internacionales convocados por la Federación Mundial de la Juventud Democrática
y la Unión Internacional de Estudiantes, organismos vinculados al bloque
soviético. Los gobiernos priistas no objetaron durante décadas este entramado
de alianzas internacionales de las organizaciones estudiantiles mexicanas,
después de todo, figuras emblemáticas del nacionalismo revolucionario que
militaban en el PRI, como el expresidente Lázaro
Cárdenas, tuvieron cierto grado de libertad para posicionarse en el bando de la
alternativa que representó la Unión Soviética.
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1 Primer Congreso de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de
México, julio de 1935. Exp. 509:4-8-8-30. Archivo Histórico de la Secretaría de
Educación Pública (en adelante AHSEP), México.
2 Entrevista al ex dirigente de la FECSM, Saúl
López de la Torre, realizada por Mónica Naymich López Macedonio, ciudad de
México, 28 de noviembre de 2012.
3 Dirección Federal de Seguridad. Versión pública de la FECSM, tomo 1, Estatutos, p. 122. Archivo General de la
Nación (en adelante AGN), México.
4 Entrevista al maestro Pedro Chávez Sánchez, egresado en 2003 de la Escuela
Normal Rural de Tiripetío Michoacán, realizada por Mónica Naymich López
Macedonio, en el centro histórico de la ciudad de Morelia, Michoacán, el 9 de
mayo de 2015, después de una marcha convocada por la sección estatal de la
Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación, para manifestarse en
contra de la reforma educativa impulsada por el entonces gobierno de Enrique
Peña Nieto.
5 Entrevista a Aquilino, estudiante de la Escuela Normal Rural “Isidro
Burgos”, secretario de Relaciones Exteriores de la FECSM,
periodo 2011-2012, realizada por Mónica Naymich López Macedonio, ciudad de
México, 2011.
6 Dirección Federal de Seguridad. Versión Pública de la FECSM, t. 1, Atribuciones
de la Secretaría de Acción Obrera y Campesina, p. 129. AGN,
México.
7 Dirección Federal de Seguridad. Versión Pública de la FECSM, t. 1, Estatutos, pp.
126-129. AGN, México.
8 Dirección Federal de Seguridad. Versión Pública de la FECSM, t. 1, Estatutos, p. 123. AGN,
México.
9 Dirección Federal de Seguridad. Versión Pública de la FECSM, t. 1, Estatutos, p. 123. AGN,
México.
10 Dirección Federal de Seguridad. Versión Pública de la FECSM, t. 1, pp. 123, 125 y 133. AGN,
México.
11 Dirección Federal de Seguridad. Versión Pública de la FECSM, t. 1, Atribuciones de la Secretaría de Finanzas,
p. 127. AGN, México.
12 Las sedes del Festival Mundial de la Juventud Democrática y los Estudiantes
fueron las siguientes: Praga, Checoslovaquia en 1947; Budapest, Hungría en
1949; Berlín, RDA en 1951; Bucarest, Rumanía en 1953; Varsovia, Polonia en
1955; Moscú, URSS en 1957; Viena, Austria en 1959; Helsinki, Finlandia en 1962;
el de Argel, Argelia, que se realizaría en 1965, fue suspendido; Sofía,
Bulgaria en 1968; Berlín, RDA en 1973; La Habana, Cuba en 1978; Moscú, URSS en
1985, y Pyongyang, RPCH en 1989.
13 Tras la desestalinización fue llamado Premio Lenin de la Paz, el cual
estuvo vigente hasta 1989. World Peace Council (1989).
14 Dirección Federal de Seguridad. 11-11-54, L-1. Boletín
de la Unión Internacional de Estudiantes. Reunión del Comité Ejecutivo.
Viena, 19-21 de enero de 1954; Actividades Internacionales de los Estudiantes
en 1954, organizadas, apoyadas y auspiciadas por la UIE,
p. 28. AGN, México.
15 Dirección Federal de Seguridad. 11-11-54, L-1, H- 86. Rinde informe sobre
la CJM. México, D. F., a 21 de mayo de 1954.
Agente 123, Salomón Clavel Gallardo. Véase en el anexo la propaganda que la CJM difundió en México en ese sentido. AGN, México.
16 Dirección Federal de Seguridad. 11-11-54, H- 96. Rinde informe sobre la CJM. México, D. F., a 8 de junio de 1954. Firmado
por el agente 123, Salomón Clavel Gallardo; 11-43-54, H-125. Se informa en
relación con la manifestación de apoyo a Guatemala. México, D. F., a 2 de julio
de 1954. AGN, México.
17 Dirección Federal de Seguridad. 11-11-54, L-1, H- 269-273. Se informa en
relación con el comunismo. México, D. F., a 25 de junio de 1954. Firmado por el
director de la DFS, coronel Leandro Castillo
Venegas. AGN, México.
18 Dirección Federal de Seguridad. 63-3-53, L-1, H-370. Informa [sic] Instituto Politécnico Nacional. México, D. F., a 19
de junio de 1953. Firmado por agente 100 Ricardo Ruiz Hidalgo/agente 129 Héctor
Santillán Ortega; 63-3-53, L-1, H-368. Memorándum, se informa en relación con
las investigaciones practicadas por esta dependencia en relación al IPN. México, D. F., a 19 de junio de 1953. Firmado por
director de la DFS Leandro Castillo Venegas. AGN, México.
19 Dirección Federal de Seguridad. 11-11-54, H-77. Rinde informe sobre la CJM. México, D. F., a 3 de abril de 1954. Firmado por el
agente 123, Salomón Clavel Gallardo. AGN, México.
20 Dirección Federal de Seguridad. 11-11-54, L-1. Boletín
de la Unión Internacional de Estudiantes. Reunión del Comité Ejecutivo.
Viena 19-21 de enero de 1954, p. 14. AGN, México.
21 Dirección Federal de Seguridad. 11-11-54, L-1. Boletín
de la Unión Internacional de Estudiantes. Reunión del Comité Ejecutivo.
Viena 19-21 de enero de 1954, p. 30. AGN, México.
22 Dirección Federal de Seguridad. 11-11-53, L-1, H-9-12. Rinde informe sobre
la CJM. México, D. F., a 7 de julio de 1953.
Firmado por el agente 123 Salomón Clavel Gallardo y el agente 12, Augusto
Giovenile, H. AGN, México.
23 Dirección Federal de Seguridad. 11-11-53, L-1, H-9-12. Rinde informe sobre
la CJM. México, D. F., a 7 de julio de 1953.
Firmado por el agente 123 Salomón Clavel Gallardo y el agente 12, Augusto
Giovenile, H. AGN, México.
24 Guillermo Arriaga Fernández nació el 4 de julio de 1926 y falleció el 3 de
enero de 2014; Bautista, “Murió Guillermo Arriaga”, Excélsior,
4 de enero de 2014; Vargas, “Fallece el coreógrafo mexicano Guillermo Arriaga
Fernández”, La Jornada, 3 de enero de 2014; Amador,
“Muere Guillermo Arriaga”, Proceso, 3 de enero de
2014.
25 Dirección Federal de Seguridad. 11-11-53, L-1, H-9-12. Rinde informe sobre
la CJM. México D. F., a 7 de julio de 1953. Firma
el agente 123 Salomón Clavel Gallardo y el agente 12, Augusto Giovenile H. AGN, México.
26 Dirección Federal de Seguridad. 11-6-53, L-1, H-44-45. Memorándum, se
informa el resultado de las investigaciones practicadas por esta dependencia en
relación con las actividades de los comunistas. México, D. F., a 8 de julio de
1953. Firmado por el director de la DFS, Leandro
Castillo Venegas; L-1, 11-3-53, H-61. Memorándum, se informa el resultado de
las investigaciones practicadas por esta dependencia, en relación con las
actividades de los comunistas. México, D. F., a 13 de julio de 1953. Firmado
por el director de la DFS, Leandro Castillo
Venegas; 11-6-53, L-1, H-39 y 40. Memorándum: se informa el resultado de las
investigaciones practicadas por esta dependencia en relación con las
actividades de los comunistas. México, D. F., a 7 de julio de 1953. Firmado por
el director de la DFS, Leandro Castillo Venegas. AGN, México.
27 Dirección Federal de Seguridad. FECSM.
11-117-62, L-1, H-2. 23 de marzo de 1962. AGN,
México.
28 La
Espiga Roja, 15 de septiembre de 2013.
Recuperado de http://espina-roja.blogspot.com/2013/09/baile-de-la-juventud-de-pablo-picasso.html
* El
presente artículo fue realizado en el marco de la estancia de investigación
posdoctoral en el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS)
en calidad de miembro del Programa Becas Posdoctorales de la UNAM, que es promovido y financiado por la Coordinación
de Humanidades.