10.18234/secuencia.v0i108.1905
Dossier
Las relaciones transnacionales
de solidaridad con los movimientos revolucionarios latinoamericanos durante la
guerra fría.
Introducción
Transnational Solidarity Relations
with Latin American Revolutionary Movements during the Cold
War.
Introduction
José Manuel Ágreda Portero1, https://orcid.org/0000-0001-8503-0927
Friederike Apelt2, https://orcid.org/0000-0001-9311-4143
1Universidad de Santiago de Compostela, España, josemanuel.agreda@rai.usc.es
2Universidad de Hannover, Alemania, f.apelt@posteo.de
Resumen:
Los movimientos revolucionarios latinoamericanos que
emergieron desde los años cincuenta crearon redes transnacionales de
solidaridad para con su causa. El presente dossier expone investigaciones que
pretenden avanzar en su conocimiento. A partir de un planteamiento común se
propone el estudio desde amplios y variados parámetros: cultura, género,
política, derechos humanos o sociedad civil global, entre otros. En resumen, se
exponen los trabajos de doce investigadores que, teniendo como contexto global la
guerra fría, intentan comprender las relaciones entre los movimientos
revolucionarios y diferentes actores que se movilizaron en solidaridad. Además,
para ampliar la perspectiva, el dossier también incluye una contribución fuera
de cartel sobre las relaciones entre la solidaridad holandesa y portuguesa en
apoyo de las independencias africanas.
Palabras clave: solidaridad; red transnacional; movimientos revolucionarios; América
Latina; guerra fría.
Abstract:
The Latin American
revolutionary movements that emerged in the 1950s created transnational
solidarity network to promote their cause. This dossier presents research
seeking to advance knowledge of this issue. Based on a common approach, it
studies these movements and networks from broad and varied parameters, such as
culture, gender, politics, human rights, and global civil society. In short, it
presents the work of twelve researchers who, against the backdrop of the Cold
War, attempt to understand the relationships between the revolutionary
movements and the various actors who mobilized in solidarity. In addition, to
broaden the perspective, the dossier also includes a special contribution on
relations between Dutch and Portuguese solidarity in support of African
independence movements.
Key words: solidarity; transnational network; revolutionary
movements; Latin America; cold war.
Silvio Rodríguez publicó en el año 1982 el disco Unicornio, entre sus poemas se hallaba Canción urgente para Nicaragua:
Se partió en Nicaragua
otro hierro caliente [se repite]
Con que el águila daba
su señal a la gente [se repite]
Se partió en Nicaragua
otra soga con cebo [se repite]
Con que el águila ataba
por el cuello al obrero [se repite]
[…]
Ahora el águila tiene
Su dolencia mayor
Nicaragua le duele
Pues le duele el amor
[…]
Andará Nicaragua
su camino en la gloria [se repite]
Porque fue sangre sabia
la que hizo su historia [se repite]
Te lo dice un hermano
que ha sangrado contigo [se repite]
Te lo dice un cubano
te lo dice un amigo [se repite]
[…]
Un año más tarde, en abril de 1983, pudo interpretarla en
la propia Managua dentro del marco del festival de música sobre la nueva
canción latinoamericana.1 Junto con otros
artistas, como los hermanos nicaragüenses Luis Enrique y Carlos Mejía Godoy o
Mercedes Sosa, publicaron un disco en directo que fue distribuido por todo el
mundo. El concierto fue grabado gracias a la participación de la solidaridad
con Nicaragua en Holanda. Hans Langenberg, miembro
del comité, acordó con tres productoras holandesas su grabación y distribución.
Además, se tenía apalabrada la emisión en la televisión griega y se estaba
pendiente del acuerdo con la alemana.2
El festival de Managua acogió asistentes de todos los
países con participación en la red de solidaridad que se había conformado ya
antes del triunfo de la revolución el 19 de julio de 1979. Los activistas de la
solidaridad difundieron su entusiasmo, información y el espíritu revolucionario
en sus países de origen. Uno de los objetivos fue el reclutamiento de nuevos
miembros que apoyasen las labores solidarias.
Este no fue un hecho aislado, tanto en Europa como en
América se realizaron creaciones artísticas de apoyo a la revolución sandinista
y otros territorios centroamericanos. Por ejemplo, el grupo The
Clash publicó un triple disco en 1980 con el nombre Sandinista.
Aunque no crearon ninguna canción específica sobre Nicaragua, si se
puede encontrar en el álbum el corte Washington bullets donde se denuncia la intervención
estadunidense en Chile, Cuba o Nicaragua. Otros autores fueron el canadiense
Bruce Cockburn con el tema Nicaragua en 1984, el
grupo vasco Kortatu con la canción Nicaragua, ¡sandinista!,
en 1985 o el italiano Gaetano Liguori que en 1988
publicó un disco de jazz titulado ¡Que viva Nicaragua!
La música desarrolló un papel importante en las redes de
solidaridad con los movimientos revolucionarios durante las décadas de los años
sesenta, setenta y ochenta. Como expresan Martín y Rey (2012, p. 3) para
América Latina, o Lee Anderson (2018) también para África y Asia, existió un ethos revolucionario común que transcendió más allá de
fronteras y creó vínculos emocionales con los distintos grupos guerrilleros encontrando
una amplia expresión en la cultura. También lo hizo con los grupos que apoyaron
estas luchas.
Este es sólo un ejemplo de cómo las redes solidaridad
fueron un hecho importante en los conflictos acaecidos durante la guerra fría
que es necesario investigar. El objetivo principal de este dossier es analizar
el proceso transnacional de solidaridad con los movimientos revolucionarios
latinoamericanos desde cualquier punto del planeta. La idea fue originada en el
panel “Relaciones solidarias transnacionales con los movimientos
revolucionarios latinoamericanos durante la guerra fría” que tuvo lugar en
Salamanca, dentro del marco del 56º Congreso Internacional de Americanistas,
durante 2018, organizado por los dos coordinadores de este dossier.
La acotación cronológica se ha marcado desde el triunfo
de la revolución cubana en 1959, a partir de ella, la historiografía denomina a
estos movimientos Nueva Izquierda Latinoamericana, y terminaría en el fin del
conflicto armado centroamericano a mitad de la década de los noventa.
La perspectiva desde la que se ha pretendido abordar ha
sido la más amplia posible: cultura, género, política, derechos humanos,
sociedad civil global, violencia, movimientos sociales, etc. También, desde el
punto de vista geopolítico se ha propuesto que la relación entre los
demandantes de solidaridad y los que la ofrecían no estuviera marcada por las
relaciones Norte-Sur, por ello, se abrieron las propuestas a las relaciones
Sur-Norte, Sur-Sur y Norte-Norte. Las contribuciones de este dossier muestran diferentes aspectos de los complejos y
enredados procesos de interacción en el contexto global de la guerra fría y sus
particularidades regionales.
En los años setenta, Nye y Kehoane
(1971) ya abogaron por extender los estudios sobre relaciones internacionales
más allá de los clásicos estudios diplomáticos, donde los países se mueven en
la arena política internacional como si fuesen unitarios. El estudio de estas
redes transnacionales es una manera de romper con esta barrera monolítica y
ampliar la visión de una época tan compleja como la guerra fría. Thomas Olesen (2011) expone claramente las posibilidades que
ofrece: “Solidarity campaigns
therefore provide a very fruitful empirical
prism for studying the sociological
aspects of globalization” (p. 156). Pero no sólo es un tema de
globalización, sino también transnacional, en el sentido de conexiones entre
poblaciones de dos países más allá de sus aparatos estatales, o de movimientos
sociales en busca de justicia social, derechos humanos, etc. Todo ello suma en
el conocimiento y aporta, como se ha explicado, una visión diferente y
necesaria.
Participantes en el dossier
En la primera contribución al dossier, Grethel Domenech Hernandéz se acerca a un aspecto poco estudiado. La autora
analiza la solidaridad intelectual a través de la publicación mexicana El Corno Emplumado. En ella se muestra la creación de una
red intelectual transnacional durante los años sesenta. Los
siguientes artículos, centrados también en el significado de la cultura como un
elemento importante en la creación de solidaridad, no son menos innovadores. A
través del Museo de la Solidaridad en Chile (1970-1973) y su desarrollo en el
exilio como Museo de la Resistencia Salvador Allende (1975-1990), Elodie Lebeau muestra la
importancia de la cultura en la creación de redes e interconexiones políticas,
artísticas e intelectuales a niveles tanto local, como nacional o
internacional.
Pilatowsky y Cabranes estudian las imágenes de los carteles
en la solidaridad francesa entre las décadas de los setenta y ochenta. A través
de ellos se puede observar la solidaridad Norte-Sur, haciendo de la cultura uno
de los puntos de conexión entre sociedades tan distintas y que llevan a
expresiones de arte escrito y visual.
Señalando la importancia de la música en la expresión de
solidaridad, Eileen Karmy y Natália
Ayo Schmiedecke exploran la
solidaridad desde y con Chile durante los años de gobierno de la Unidad Popular
a través de la nueva canción chilena. Ellas muestran cómo la música sirve para
resolver conflictos entre los diferentes actores o cómo profundizan en ellos.
Una manera de construir la unidad dentro de la Nueva Canción fue la denuncia
del imperialismo estadunidense. Desde una similar perspectiva, Juan Alberto
Salazar presenta un trabajo sobre un encuentro de canción protesta y
antiimperialista en Cuba durante 1967. Además, estas investigaciones se
entroncan con el estudio de la solidaridad Sur-Sur.
Como Mariana Perry demuestra convincentemente en su
contribución sobre la influencia de la Unidad Popular chilena en la izquierda
británica, las relaciones solidarias no deben ser entendidas en una sola
dirección: aquellos que ofertan la solidaridad aprenden de aquellos que están
peleando. La huella que los movimientos revolucionarios latinoamericanos
dejaron en la izquierda occidental todavía está en progreso de estudio.
Los derechos humanos fue un factor importante para el
éxito de las redes tanto chilenas como argentinas. Los miles de asesinados y
desaparecidos en los dos países fueron un reclamo importante para obtener
solidaridad en muchas partes del mundo. Marianela Scocco
se acerca a las narrativas que emanan del movimiento de derechos humanos en
Argentina. Para la autora, estos crean una narrativa humanitaria distinta de la
que desarrollaron los movimientos revolucionarios, y esto les proveyó del
contacto con las redes de solidaridad.
La red de solidaridad con la revolución sandinista en
Nicaragua es uno de los temas que recientemente ha ganado mayor atención, por
ello en este dossier se publican varios trabajos
sobre ella con aportaciones importantes.
Tanto Eudald Cortina como Gerardo Sánchez se acercan
desde la visión Sur-Sur. Cortina se adentra desde el viaje que realizan un
grupo de exiliados montoneros en México al Frente Sur en 1979 con una brigada
médica. Además, el autor también pone atención en el acto de reciprocidad que
supone la solidaridad. Por su parte, Sánchez realiza una panorámica sobre el
movimiento mexicano de solidaridad con Nicaragua. Específicamente, presta
atención a las relaciones de la guerrilla sandinista con el Estado, sindicatos
y gobierno mexicanos, buscando en las dinámicas políticas la forma en que
fueron realizadas y los múltiples intereses que tuvieron.
Los Estados también han sido tomados en consideración con
los trabajos de Fernando Camacho, sobre los regímenes de Pinochet y el Frente
Sandinista de Liberación Nacional (fsln), y Mónika Szente-Varga, sobre la relación entre Hungría y Nicaragua.
Camacho se concentra en las estrategias del regimen
militar chileno para prevenir que Nicaragua llegara a convertirse en un lugar
central de solidaridad con la oposición chilena. En su texto hace un recorrido
que se inicia con las relaciones entre los dictadores de los dos países,
continua por la llegada de exiliados chilenos a Nicaragua con la intención de
organizarse para derrocar a Pinochet, y finaliza con el cierre de la embajada
chilena en Managua durante 1985. Mientras Szente-Varga
se acerca a la dificultad que tuvo Hungría, durante los años ochenta, ya en una
grave situación económica de realizar aportaciones sustanciales a la revolución
sandinista. Ella expone convincentemente los conflictos de intereses entre los
objetivos nacionales de Hungría y los geoestratégicos de Moscú en apoyo de
Nicaragua que demanda de Hungría. Este hecho apunta a mostrar las relaciones
bilaterales entre los dos países y al mismo tiempo disipar el mito de las
perfectas relaciones.
José Manuel Ágreda ha trabajado sobre el papel del Estado
en la red transnacional entre Nicaragua y España de 1979 a 1992. El autor ha
partido de presupuestos teóricos para establecer tanto las características de
la red como de los activistas españoles que participaron en ella. Esta es una
aproximación más teórica que las anteriores y permite comparar las redes tanto
en el periodo de la guerra fría como en el de finales del siglo xx y principios del xxi.
El último artículo es el realizado por Dirk Kruijt, quien deja
Latinoamérica y amplía la perspectiva del dossier.
Se acerca a la solidaridad Norte-Norte en la que desde Holanda se apoyan las
luchas tanto para la independencia de las colonias portuguesas como la creación
de la solidaridad en el propio Portugal. Una aportación original que desde
estas líneas quiere agradecerse.
Lista de referencias
Lee Anderson, J. (2018). Guerrillas.
México: Editorial Sexto Piso.
Martín, A. y Rey, E. (2012). La oleada revolucionaria
latinoamericana contemporánea, 1959-1996. Definición, caracterización y algunas
claves para su análisis. Naveg@merica, 9.
Nye, J. y Keohane, R. (1971). Transnational relations and world politics: an introduction. International Organization, 25(3), 329-349.
Olesen, T. (2011). The Transnational
Complexity of Domestic Solidarity Campaigns: a Cross-Time Comparison
of Burma Debates in Denmark, 1988 & 2007. Acta
Sociológica, 54(2), 139-159. doi: https://doi.org/10.1177/0001699311403632